Por Jorge Moreno
Es hasta cierto punto común escuchar la frase “estoy salado” cuando a una persona le va mal o tiene mala suerte en alguna situación cotidiana; sin embargo, en términos de brujería, una salación es algo más fuerte.
Una salación es un trabajo de brujería que se realiza con el objetivo de matar, accidentar o arruinar económicamente a una persona; se hace a través de huevos quebrados preparados en rituales en donde se invocan entidades espirituales que provocan estos accidentes.
Estos huevos se colocan en las llantas de un auto si se quiere que la persona sufra un accidente en su vehículo, o se “estrellan” en las fachadas de las casas si lo que se buscan es que ocurra un accidente doméstico de fatales consecuencias; también se hace a través de cruces de sal (en medio se pone una especie de jabón trabajado con magia negra), puros, aceites, entre otros.
Sin embargo, hay trabajos que no se pueden detectar a simple vista, pues en ocasiones se trata de una cantidad mínima de líquidos que tiran principalmente en los jardines de las casas (para que se seque pronto y no se vea) e incluso “a distancia”, es decir, con trabajos espirituales desde la casa o consultorio del hechicero.
El daño puede durar décadas
Las “salaciones” también se pueden hacer para que la persona afectada quiebre económicamente, no busque trabajo, o bien, no prospere en cualquier aspecto relacionado con dinero; si no se desactiva este embrujo, el hechizo puede durar meses, años y hasta décadas, con los consiguientes perjuicios, tanto para la víctima como para su familia.
Remedios
Por fortuna, existen diversos métodos para saber si una persona es víctima de salación; primero se realiza un breve “test” (preguntas) y después se pone en el domicilio un líquido especial llamado “période anti” (que significa “anti hechizo” en idioma haitiano) que no sólo lo detecta, sino que desactiva su efecto en menos de tres días. También existe otro líquido llamado “hanpeche” que sirve para prevenir que en nuestra casa alguien tire una salación.
Por cierto fue muy comentado en Mérida hace varios años que unos “hechiceros” estuvieron tirando al azar estas salaciones en varias casas de diversas colonias y fraccionamientos con el fin de “ganar clientes”; ya que al activarse el embrujo le empezaba a ir mal a la familia y a los pocos días de forma “milagrosa” los santeros iban a esas casas a ofrecer sus servicios de limpia porque “habían detectado” la salación desde la calle.
Sin embargo fueron descubiertos y a punto estuvieron de ir a la cárcel, ya que este método también lo estuvieron haciendo en Ticul, Akil, Muna, Conkal, Progreso, Umán, Hunucmá y posiblemente en muchos otros municipios (un cálculo preliminar que en su momento se publicó menciona que tiraron más de mil salaciones al azar en esos poblados).
Consultas diarias
En mi oficina al menos dos personas al día acuden a consultarme debido a que fueron víctimas de este tipo de embrujo y por desgracia ellos siempre son los últimos en enterarse meses e incluso años después, ya que por lo general las desgracias y situaciones negativas que viven las atribuyen simplemente a la “mala suerte”.
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