Rollo/Jorge Moreno
MÉRIDA, Yucatán.- Han transcurrido poco más de dos años desde que se dio el caso de la “lluvia de piedras” en el municipio de Tixpéual que hizo caer en pánico a una familia de esa localidad y causó incertidumbre entre los vecinos y todo el poblado en general, toda vez que se descubrió el motivo por el cual caían forma de forma misteriosa.
Fue el día 2 de noviembre de 2016, cuando dimos a conocer el caso de una familia que en los últimos meses había estado recibiendo una “lluvia de piedras”, ya que de pronto estas eran aventadas por una fuerza invisible, y aunque de inmediato revisaban el patio para encontrar el origen de las mismas, esto era todo un misterio.
Incluso la Policía, tanto de Tixpéual como del municipio vecino de Tixkokob habían intervenido y no buscaban una explicación lógica. En ese entonces inicié una serie de visitas a esta vivienda para hacer una investigación de campo; de hecho, este caso se tornó muy interesante, pues mientras hacía el recorrido por el patio y el terreno colindante, cayeron varias piedras, por lo que pude comprobar que era verdad lo que decían.
En ese momento estaba conmigo al menos una docena de compañeros de uno de los inquilinos de esa casa y familiares de éstos, con lámparas en mano (y varios de ellos incluso con cascos), por lo que era difícil pensar en que se tratara de algún bromista que estuviera guardado en algún patio colindante.
Durante el recorrido encontramos huellas de pies pequeños (similares a los de los aluxes) y también descubrimos objetos y cosas relacionadas con brujería y magia negra; en la siguiente visita, realizamos una limpia en la casa a través de amuletos, cuarzos, velas y otros elementos, ya que desde hacía años que no hacían una allí y es común que en estos sitios se arraigue de una forma más fácil algo negativo.
Cabe mencionar que durante las entrevistas con varios de los testigos reiteraron que en algunos casos no había explicación a la lluvia de piedras.
“De pronto, estando en la parte de delante de la casa, nos avientan piedras enormes que vienen desde el patio; está limpio el terreno, vemos que no hay nadie, pero no es posible que una piedra grande como una roca avance tanto, es decir, una persona no puede tener tanta fuerza para aventarla más de 50 metros y que, además, agarre mucha altura para esquivar los árboles que tenemos”, dijeron.
Una de las cosas que aventaron y que nos dio qué pensar es un caracol (parecido a los que ponen en el pie de las puertas de las casas para que no se aporreen), el cual por dentro tenía unas piedras rojas características de la santería cubana; lo trajimos a nuestras oficinas para su análisis y confirmar si es real o sólo una imitación.
Por cierto cuando nos retiramos el tercer día de la investigación, a las pocas horas la familia encontró sangre (de ganado) que aventaron y formaron en forma de cruz, así como unos cartones con amenazas de muerte a la familia; a los dos días estas amenazas las escribieron dentro del baño de la casa.
Luego de un par de visitas más a este sitio, pudimos descubrir que se trataba de un hechicero de magia negra oriundo del municipio cercano de Seyé el autor de todo este embrollo, ya que iba al patio baldío ubicado en la parte trasera de la casa en cuestión y al hacer unos conjuros salían disparadas las piedras; cuando se habló con él, esto dejó de ocurrir y a dos años de distancia ya no regresó a hacer nada y la calma volvió a los inquilinos de la vivienda y de los vecinos.
