Enigmas: Enigmas: Septiembre, mes de las serpientes

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Por Jorge Moreno:

Cuenta la gente antigua de Yucatán que en el mes de septiembre ya no se debe de andar en el monte porque se dice que las culebras son más venenosas y donde sea que camines siempre te encontrarás con una, pudiendo ser cascabel, huolpoch, chay kaan u otra serpiente venenosa. Y es que el peligro es doble porque se dice que estos reptiles engañan a los cazadores, pues la serpiente se transforma en venado debido a que en estos tiempos los astados están en celo; es por eso que las culebras aprovecha esto para engañar a los cazadores.

Si vas a la cacería, cuando llegues al monte no te debes confiar si de pronto ves tramos “barridos” o limpios de yerba, pues significa que la “culebra tramposa” está por allí.

Las serpientes que hablaban

Se cuenta que una vez, un señor fue a su milpa y de pronto escuchó dos voces, de un hombre y una mujer, al instante él pensó que alguna persona quería entrar a robar lo que con tanto trabajo había logrado; se acercó despacio dentro de los elotes y al llegar a la orilla de la albarrada y seguir escuchando las voces vio que eran dos culebras “chay kaan” que estaban enrolladas entre sí y estaban hablando.

Quedó tan impactado con tal escena que se paralizó y no encontraba qué hacer: si ir y matar a las culebras o huir de ese lugar porque se dice que la chaykaan “chicotea” con su cola; entonces se retiró despacio del lugar y regresó a contarle a su madre la escena impactante que había visto.

Tanto fue su miedo que no regresó pronto a su milpa hasta ocho días después de haberlo visto, por eso se dice que en septiembre las culebras son más venenosas y peligrosas, se podría correr el riesgo de ser mordido más que en otras épocas del año. Se dice que la chay kaan vuela, científicamente no está comprobado, pero mitológicamente los antiguos cuentan algunas cosas que la mayoría de las veces son verdaderas.

La huolpoch, una tremenda culebra

También se cuenta que el más pequeño del huevo de la codorniz es el que se transforma en huolpoch, y cuando crezca la serpiente emite sonidos como esta ave, habla así a estos pájaros para atraerlos y después comérselos.

Por ello se dice que no se debe recoger huevos de codorniz, porque nos podría tocar uno que en realidad sea una serpiente.

La serpiente que chupa a las mujeres

Otra serpiente que es especialmente venenosa y peligrosa en el mes de septiembre (y también octubre) es la culebra “ekuneil”, con su especializada lengua que logra detectar a aquellas mujeres que estuvieran dando leche a su bebé. Son ágiles para subirse a los árboles, y así de rama en rama, llegaba hasta el techo o pared de la casa, donde busca una manera de poder acceder al interior.

Cuando están adentro, sigilosamente se acercan a la madre, ya sea que esta se encontrara durmiendo o en pleno acto de alimentar a su bebé, ella nunca nota la presencia del animal ni como poco a poco se le va acercando, así es como la serpiente introduce su cola bifurcada en las narices de la mujer para lograr que se duerma, con una especie de anestesia.

Una vez logrado esto, empieza a alimentarse de los pechos de la madre, retrayendo sus colmillos para no matarla con su veneno; sin embargo, tan pronto el infante llora, retira su cola de la madre y la mete en la boca del indefenso bebé, el cual desesperado comenzaba a succionar de ella con todas sus fuerzas con el fin de obtener su vital alimento maternal, necesario para su sano crecimiento. Pero todo sería inútil ya que dichos nutrientes eran obtenidos por la ekuneil y la cola solo servía para acallar el llanto del infante al mantenerlo entretenido durante todo este proceso.

Si la ekuneil no mataba a su víctima ni al bebé no era por un acto de bondad, sino que se debía a que deseaba preservar su fuente de alimento el mayor tiempo posible, así conforme pasaban los días la serpiente va ganando nutrientes para cuando entre en celo o para la época de frio, pero madre e hijo se iban debilitando, hasta llegar a una desnutrición severa ya que el animal no dejaba de alimentarse hasta dejar secos ambos pechos de la mujer, y de este modo no quedaba nada para el pobre recién nacido.

Y si la serpiente nunca fue atrapada en el acto, finalmente madre e hijo morían por la desnutrición, por lo cual la ekuneil huía para continuar con su estela de muerte.

También se decía que los campesinos ponían ceniza o aserrín alrededor de la casa, para poder ver el rastro que dejaba la serpiente y así, poderla seguir hasta su guarida y poder matarla.

Por lo anterior, ya sea en el monte, la milpa o la propia casa, las serpientes no dejan de ser peligrosas, especialmente en esta época del año.

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