Por Jorge Moreno
A continuación, narramos una experiencia paranormal que vivió un lector de “Enigmas” que trabajaba en un rancho del sur del Estado:
“Hola, te quiero platicar unas de las tantas cosas que vivimos en el rancho donde yo trabajé por cinco años en Tekax pero, por respeto a mis compañeros, omito sus nombres, pues algunos aún trabajan ahí.
Laboré como jefe de veladores, y en ese tiempo que viví en ese sitio, vimos fantasmas, ovnis, aluxes, bolas de fuego y una bruja que siempre nos habían dicho que vivía ahí.
”Pues bien, tengo una muy mala experiencia. La última noche que pasé ahí, por ello decidí retirarme y aunque me ofrecieron el doble de sueldo, preferí mi vida y mi salud que quedarme un minuto más.
”Bueno, la historia empieza así: éramos cuatro veladores, a mí me ofrecieron el trabajo por motivos personales y familiares y decidí irme ahí; desde que llegué me empezaron a platicar de todo lo que ya conté, pero pensaba que era la clásica novatada que me estaban haciendo, por lo que al principio no lo tomé en cuenta, pero así como pasaban los días, veía que todo era verdad y que no estaban exagerando.
”Una de las cosas que me marcó fue el hacendado; cuentan que el primer dueño tenía tres hijas y que juraba y perjuraba que ninguna de ellas se iba a casar con algún trabajador del lugar, que primero mataba al muchacho que verla casada con uno de esos que no eran de su clase.
El novio y la horrenda muerte
”El tiempo pasó y la mayor se enamoró de uno de los muchachos y se veía a escondidas con él; al poco tiempo ella quedó embarazada y cuando su padre se enteró, mandó a matar al enamorado de su hija e hizo que dejaran el cuerpo en el camino principal para que todos lo vieran que con él nadie jugaba.
”Lo que hizo la muchacha fue desaparecer con todo y bebé, pero el hacendado prometió que jamás la iba a buscar; a mí me contaron por uno de los compañeros que el patrón quedó loco y un día apareció decapitado en su cuarto. Nadie supo quién lo hizo.
”Luego, un viernes en la noche que salieron tarde los muchachos, un compañero y yo nos quedamos en la parte principal del rancho, en donde están los dormitorios y, de momento, vimos cómo apareció de la nada una sombra negra de un señor vestido como de antes se vestían y con un sombrero.
”A nosotros se nos hizo raro, pues nadie podía estar a esa hora de la noche ya eran casi a las 3 de la madrugada, pedimos apoyo, llegaron los dos chavos que estaban del otro lado y empezamos a rodear todo ese pasillo donde estaban los baños y, nada, no lo encontramos.
Risa macabra y fiebre
”Ya nos estábamos quitando cuando escuchamos una risa fea, no sé cómo explicarlo, y fuimos a verlo donde lo escuchamos y nada más vimos la sombra como se quitaba la cabeza y como traspasaba la pared.
”Después de eso tuvimos fiebre todos y nos tuvieron que llevar con una persona que sabía eso y nos dijo que habíamos agarrado un ‘mal aire’ y prácticamente nos tuvieron que estar llevando varios días con él para que nos hiciera unas ‘limpias’.
”Todo esto que te estoy contando es real, no es inventado y lo puedo contar de frente para que veas cómo estoy temblando sólo con escribirlo y acordarme, y de eso tengo más cosas que contarte, lo haré más adelante”, finalizó el lector.
Lea agradecemos a esta persona que se identificó conmigo, pero me pidió que no publicara su nombre, el habernos mandado este interesante suceso y ya esperamos con ansias más de sus vivencias en ese rancho de Tekax.
(Fotos de contexto: redes)
