Enigmas: El fantasma del pozo en Oxkutzcab

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Hoy les presentamos cuatro breves relatos, pero no por ello menos interesantes, que los lectores y seguidores nos hicieron el favor de enviar para compartir con todos ustedes: el primero de ellos lo mandó “Alejandro CM” desde el municipio de Oxkutzcab:

“Cuando tenía nueve años de edad, a un costado de patio trasero, vivía una vecina; un día salí a jugar y como en ese entonces el solar no contaba con bardas, vi en el lado de la vecina a una persona… Pero lo más extraño es que la mitad de su cuerpo era esqueleto.

Ese extraño ser me empezó a hablar por mi nombre y su mano me hacía una seña de que fuera, pero como mi abuela estaba lavando logró ver qué empecé a caminar hacia ahí, pero era claro que ella no veía esa entidad.

“Ya no recordé más; de pronto cuando me di cuenta estaba en la hamaca y mi abuela me contó que estaba caminado hacia el patio de la vecina donde estaba un pozo y de pronto me desmayé. Me dijo que ella me cargó y que yo estaba sudando. Ya después me comentó que mucho tiempo atrás, en ese pozo se había muerto alguien, un suicidio, pero lo que no logro comprender es cómo esa entidad sabía mi nombre.

El alma del ex novio

Por su parte, Abril Gutiérrez Argáez nos mandó lo siguiente: “Un ex novio que falleció hace como seis años me habló diciendo mi nombre y sé que fue él, ya que minutos antes, viendo una película, me acordé de él porque esa cinta la habíamos visto juntos tiempo atrás. Al decir mi nombre me impresionó, ya que la voz era igualita, hasta sentí que lo tenía a mi lado y se me puso la piel chinita, sentí que lo invoqué con la mente, sentí tanto miedo que no he vuelto a ver esa película ¡jamás!”, finalizó.

En este relato, más que haberlo invocado (en caso de no haber sido sugestión), lo más probable es que su alma en pena estuviera cerca de ella y al ver que veía esa cinta y tener también recuerdos, pudo juntar la energía suficiente para llamarla por su nombre, pero como siempre aconsejamos, esto no ocurre porque quiera hacerte daño, simplemente quiso demostrarle que está cerca de ella.

La vela del abuelo

Por su parte, el usuario de Facebook “Vignette Couffaine” escribió: “Hace unos meses, mi mamá le había prendido una vela a mi abuelo (fallecido hace como 3 años); entonces, la vela se gastó y mi mamá me dijo que la iba a apagar, que porque si no se iba a quemar el vaso y la apagó.

“Debo aclarar que sólo yo y ella estábamos en la casa; yo estaba en mi cuarto y ella en la sala, de pronto nosotras escuchamos claramente como golpeaban la puerta de la entrada, fui a revisar, pero no había nadie y tampoco el viento podría ser, porque no sonó como si moviera la puerta, sino que fueron golpes de alguien para que abrieran; entonces yo me espanté… Pensamos que el abuelo se había molestado porque le apagaron la vela, o no sé…”.

Viendo esto de forma muy escéptica, podríamos pensar que alguien pasó por ahí en ese momento y de broma golpeó la puerta, pero tampoco se puede descartar que, en efecto, el abuelo se haya “molestado” y se haya quejado de esa forma por haberle apagado su vela.

Los aluxes del terreno

Por último, les presentamos el caso de Jorge Eduardo Abán Cauich quien relató lo siguiente: “En un terreno había una plantación de maíz y abajo había un cenote, era un poblado por Maní, pero estaba abandonado, nos quedamos a dormir y en el transcurso de la noche un amigo ya pasado de copas empezó a insultar, cuando de pronto entre los maizales escuchamos pasos pequeños corriendo como si fuera un animal pequeñito.

“Luego de un segundo nos empezaron a tirar pedazos de masa muy pequeñitas y nos metimos a nuestras casas de campaña asustados. Mi cuñado dijo que eran aluxes o dueños de ese lugar, y puso unos cigarros con poco de agua, de ahí todo se calmó y no supimos si era lo que decía. Nos dormimos y ya temprano nos quitamos de ahí”, finalizó.

En ediciones anteriores ya habíamos comentado que en muchos montes y terrenos existen guardianes y protectores (aluxes) que sacan a los intrusos que se portan mal o tienen malas intenciones; es muy posible que eso sea lo que hayan vivido estas personas. Si quieres mandar tu relato o audio de voz, lo puedes enviar al número (999) 1851703 o al correo electrónico [email protected]

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