Enigmas: conoce la historia del callejón llamado ‘Sal si puedes’

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Rollo: Jorge Moreno
Hace unas semanas, un lector de esta sección me pregunto si ya había publicado la leyenda de “sal si puedes”, la cual, según su primo, oriundo de la Ciudad de México, trataba sobre el fantasma de una mujer; sin embargo no le dio mas información al respecto.

Investigando un poco sobre este caso, pude descubrir que, en efecto, se trata de una leyenda proveniente de la capital del país; a continuación les presento un resumen con el origen de la misma y un breve contexto para entenderla mejor:

Hubo un tiempo en el que la avenida Juárez era una calle en la que no vivía nadie; sin embargo, en 1592 uno de los tantos virreyes de la Nueva España decidió crear en esos desolados terrenos, un lugar que sirviera para el recreo de los capitalinos. Se trazó entonces una calle amplia que, además de desembocar en el Centro de la Nueva España, estaba rodeada de 9 capillas.

Los muros de piedra de estas iglesias y la oscuridad de la calle convirtieron a La Alameda en el lugar propicio para que las parejas del siglo XVI se besaran sin que nadie las juzgara. Durante el gobierno de Ignacio Comonfort las 9 parroquias se demolieron, lo que dio paso a la creación improvisada de una serie de calles laberínticas que en la Guerra de Reforma fueron el sitio perfecto para que los criminales se escondieran de la Policía, y para que las personas empezaran a propagar una serie de leyendas que ocurrían en esos callejones.

Un ejemplo de lo anterior es la Calle de Dolores o Callejón de las Mujeres, una arteria estrecha que está ubicada entre los restaurantes cantoneses del Barrio Chino y que, de acuerdo con algunos textos del siglo XIX, durante la Nueva España era conocida como “Sal si puedes”.

Hay quienes aseguran que fue nombrada así por las características físicas del callejón, que desafortunadamente no tiene salida. Otros historiadores sostienen que el nombre “Sal si puedes” nació de una antigua historia de la Colonia que parece sacada de un periódico de nota roja.

Se cuenta que ahí llegaron los Olivares, una familia española y aristócrata que había decidido mudarse a México para alejar a la hija más pequeña de un hombre millonario que la acosaba. Al llegar a la Nueva España la joven se enamoró rápidamente de un muchacho  y pronto hizo planes para casarse con él.

Desafortunadamente, unos meses después de su compromiso apareció su antiguo pretendiente ibérico. El hombre se sintió tan herido al enterarse de la nueva relación de su amada que una noche al fondo del callejón le clavó un puñal. Y con la poca fuerza que le quedaba, la niña Olivares intentó huir mientras su enamorado le gritaba: «¡Sal si puedes!».

Esta es una de las tantas historias que podemos descubrir si nos animamos a recorrer los rincones ocultos que están en cada esquina de la Ciudad de México: una urbe llena de callejones legendarios que han visto pasar el tiempo silenciosamente.

Por cierto, siempre es importante ubicar bien el origen de la leyenda, incluso en internet hay fallos, pues hace un tiempo leí este mismo relato en donde se mencionaba que ocurrió en Tlaxcala y otro en donde señalaba al puerto de Veracruz.

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