Por Jorge Moreno
Hoy, en “Leyendas del Mayab”, les presento el caso del “Che Uinic”, una colaboración que nos mandó el lector y amigo Mario Alfonso Martín Cardeña, quien radica en Yucatán y a quien considero un “enamorado” de las tradiciones y leyendas mayas.
La primera referencia que tuve del “Che Uinic” fue por medio del Libro “El Folklore de Yucatán” (Daniel Garrison Brinton, 1976). Sin embargo, a pesar de que hoy en día es muy fácil encontrar información en Internet de este mitológico ser, su leyenda no es muy conocida en las comunidades rurales. De hecho, a diferencia de otros espantos mayas, sólo pude recopilar un relato de viva voz del encuentro con un ser que al parecer es el “Che Uinic”.
Hace más de veinte años recopilé el relato de unos cazadores de venado que se internaron de noche al monte maya para poder sorprender a su presa.
Estos hombres aseguraron que estaban escondidos detrás de unos arbustos cuando de repente vieron surgir de la oscuridad a un descomunal ser, tan grande que se atrevieron a compararlo con un dinosaurio. Los protagonistas de esta aventura se quedaron paralizados por el pánico, sin atreverse a disparar sobre el monstruo, hasta que finalmente éste se alejó sin percatarse de su presencia. Al preguntarles más detalles sobre la criatura sólo dijeron, que además de su enorme tamaño, caminaba lento y era de color rojo.
El Mayab posee una amplia mitología dentro de la que ocupan un lugar importante ciertos personajes que, si bien no corresponden a lo divino, poseen características o poderes considerados sobrenaturales que los separan de lo cotidiano o normal.
Dentro de ese espacio se encuentran los gigantes y uno de los más conocidos es el “Che Uinic”, también llamado Hombre de los Bosques.
Características físicas
Las leyendas y referencias recogidas por diversos escritores e investigadores, lo describen como un horrible hombre de altura descomunal y de color rojo. Posee una gutural voz potente como el trueno con la que hace estremecer el monte. Su enorme cuerpo luce sólido y musculoso, pero en realidad carece de huesos y coyunturas. Por esta razón cuando tiene sueño o quiere descansar se recuesta en el tronco de un árbol, ya que si se acuesta o si se cae le será muy difícil ponerse de pie.
Otra singular característica del “Che Uinic” es que tiene los pies al revés, es decir tiene los talones hacia el frente y los dedos señalando hacia atrás. Su paso es lento y fatigado, para ayudarse a caminar utiliza un enorme bastón, que aseguran los que lo han visto es el tronco de un enorme árbol.
La dieta de este gigante consiste básicamente en carne humana, la cual, aparte de parecerle sabrosa, le resulta divertido el modo de obtenerla. Generalmente, su menú se compone de los descuidados caminantes que se aventuran en sus dominios, a los cuales tiende emboscadas, captura y devora sin contemplaciones.
Cómo estar a salvo
Sin embargo, a pesar que se trata de un ser sobrenatural, de acuerdo a las leyendas, un hombre que conserva la calma puede vencer al “Che Uinic” con facilidad. Lo que tiene que hacer es arrancar una rama de algún árbol cercano, ponerse a bailar frenéticamente y hacer cabriolas con ella en la mano.
Esto invariablemente le provocará al necio monstruo un ataque de risa, tan incontenible que en un instante lo hará rodar por el suelo. Ya caído el gigante, por la falta de huesos y coyunturas no podrá levantarse, entonces el viajero podrá marcharse, asustado, pero ileso y con la seguridad de que el gigante no podrá molestarlo por un buen rato.
Tal vez te pueda interesar:
