Por Jorge Moreno
En los últimos días, varios aficionados al tema OVNI pidieron que hable del caso “Roswell chetumaleño” (por su similitud al incidente ocurrido en aquel rancho de Nuevo México en los años 50s), que varias páginas de Facebook estuvieron compartiendo; debo confesar que no estaba enterado de ese suceso, pero tras una breve investigación, supe que sí ocurrió en realidad y fue en la capital quintanarroense:
La página de Facebook “Chetumal Paranormal”, en resumen, publicó que “en los años 80s se vívía el apogeo de la zona libre en nuestra capital y todo giraba en torno a no muchas cosas diferentes, hasta que llegó ese día que muchos recuerdan y saben que ‘algo’ cayó del cielo a la altura entre Morocoy y las zonas arqueológicas de Kinichná y Dzibanché.
Ese día desde muy temprana hora en una de las difusoras locales se mencionaba la caída de algo en las afueras de Chetumal y como reguero de pólvora nos íbamos enterando que aquello se había estrellado más allá de nuestro terreno.
”Poco a poco fue llegando más información, Chetumal era mucho más pequeño entonces y como bien se decía, casi nos conocíamos entre todos. De repente en la escuela, en la colonia, mercados, carnicerías y tiendas donde la gente se reunía se comentaba sobre el suceso que, en ese momento, nos marcaba para siempre.
La mayoría mencionaba luces de colores, estruendos, ruidos y bolas de fuego, pero todo iba en una misma dirección: OVNIS.
”Desde un principio se especuló, pero conforme pasaban las horas y el día transcurría, nos enterábamos de más cosas. Jóvenes de preparatoria y de escuelas superiores como el ITCH, se juntaban y quienes tenían vehículo se aventuraban a la carretera con el fin de saber y poder ver de qué se trataba todo eso.
La llegada
”Allí fue donde un grupo de jóvenes precisamente de esta institución educativa, armados de preguntas sin respuesta, juntaron víveres, lámparas y algunas otras cosas -y estamos seguros que muchos otros- y fueron en busca de lo que fuera, viajaron y llegaron a la zona donde todo indicaba que había caído ‘algo’. A la entrada y sobre la carretera federal había sendos retenes militares y policiacos en
ambos sentidos, resguardando todo el perímetro hasta dentro de la selva, nadie podía pasar, nadie podía siquiera entrar ni salir de esa zona.
”Nuestro amigo y conocido Juan Martell, quien había ido junto a otros compañeros, intentaron a toda costa saber un poco más, se acercaban, preguntaban, pero nadie decía nada, todo era hermetismo y silencio, no podían siquiera preguntar a los habitantes de la zona, ya que estaban casi secuestrados y en medio de toda esta locura que hacía volar la imaginación.
”Después del infructuoso intento de pasar, decidieron regresar e intentar averiguar qué pasaba, eso los llevó a pasar por el aeropuerto de nuestra ciudad (Chetumal), donde fueron testigos de la llegada de un gigantesco avión con matrícula y bandera extranjera, así como un grupo de militares que a todas luces se trataba de americanos.
Gente de la NASA y cuerpos
”Una persona que trabajaba en ese entonces en las instalaciones del aeropuerto chetumaleño y que tenía información de primera mano por estar en la torre de control, durante el transcurso del día siguiente le mencionó a un conocido de todos nosotros que también arribó gente de la NASA con equipos y tecnología fuera de lo común.
”Ya para el segundo día por la noche era de ‘vox pópuli’ que se trataba de una especie de nave desconocida lo que había caído, por toda la información filtrada y que mucha gente comentaba, ya que o trabajaban en algún lugar que les permitía acceder a ello o eran militares.
”Justamente fueron unos militares del 55 Batallón de Infantería que estaba en ese entonces y los cuales son familiares conocidos y que habían estado algunas horas en los retenes que se habilitaron, quienes filtraron comentarios sobre el hecho, definitivamente, lo que cayó fue una nave extraterrestre y, lo más insólito, se recuperaron también los restos y cuerpos de quienes venían dentro de
ella. Para el tercer día de este acontecimiento ya se permitía el acceso y salida de gente de la región y obviamente ellos tenían información fresca al respecto.
”Don Arcángel Juárez, quien fuera dueño de parcelas justamente cerca del sitio donde esto ocurrió, comentaba haber visto muchos militares entre el monte, con aparatos desconocidos, trajes raros y armados a más no poder. Y que hicieron que él y su familia salieran de sus casas porque era una emergencia y corrían peligro.
”Después de varios días les permitieron retomar su vida casi normalmente, ya que una zona quedó restringida casi durante un mes después, ese lugar estaba cuidado por militares y cierto tipo de gente que aún tenía casas de campaña y equipos de comunicación y antenas.
”Como sucede en este tipo de casos, el tiempo, la desaparición de pruebas y el ocultamiento de muchas cosas hacen que se vaya olvidando, sin embargo, mucha gente de los poblados cercanos, de Chetumal y hasta mucho más allá, saben que esto sucedió y no fue una simple noticia falsa.
Quizás alguien de tu casa o trabajo aún recuerde este acontecimiento, quizás alguien todavía tenga información que pueda ser la prueba final de que esto pasó en nuestras tierras, allá por los años 80s”, finaliza la publicación.
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