Enigmas: aparece un fantasma en ‘Día de Muertos’

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Policías y fantasmas

Rollo: Jorge Moreno
En estas épocas de finados son clásicos los relatos sobre la procesión de las ánimas y la visita de nuestros fieles difuntos, pero también se ha vuelto recurrente la aparición de un viejito fantasma en la carretera Mérida-Tizimín, tramo Motul.

Al menos así lo reportan los policías de la SSP, principalmente en estas fechas; hablan sobre la extraña aparición de un “viejito” de cabello y barba blancos, con pantalón y camisa clara, con un bastón y un lento andar a un costado de la acotación de la carretera, casi entre la hierba.

Taxistas, patrulleros y gente que pasa continuamente allí, aseguran que ese es el alma en pena de un señor que fue atropellado en ese tramo (poco antes de la comisaría de Tekat) a finales de los años setentas y que fue descubierto su cuerpo hasta el día siguiente, ya que al ser aventado hacía el monte y no haber luz, nadie se percató de su presencia.

De acuerdo con lo que publicaron los medios de comunicación en ese entonces, se dijo que estuvo más de 8 horas tirado en el monte antes de fallecer, y por su estado de salud y avanzada edad no pudo levantarse para pedir ayuda en la carretera.

En un fría madrugada del mes de diciembre de 1993, dos patrulleros de la antigua SPV (hoy SSP) iban por estos lugares y de pronto vieron a un viejito de guayabera blanca caminado por la carretera; decidieron retroceder para ver si necesitaba ayuda ya que era casi la medianoche y se le hizo extraño que a esa hora, y con el frío que hacía, estuviera alguien caminando por allí:

“Cuando retrocedimos y me bajé de la unidad ya no había nadie, me acerqué al monte para ver si no se había caído o si estaba agachado o herido, pero no había nadie, le hierba estaba baja y no había forma de que se hubiera ocultado o que se hubiera internado en el monte, ya que todo fue muy rápido; entonces, me subí a la patrulla de nuevo y seguimos nuestro camino.

“Un minuto después, habremos avanzado si acaso un kilometro, y de pronto vemos de nuevo al mismo viejito, pero no era posible, ni corriendo hubiera llegado antes que nosotros. Me bajé de nuevo del coche y otra vez desapareció como si se lo hubiera tragado la tierra.

“Seguimos nuestro camino y un par de minutos después vemos de nuevo al señor, esta vez nos quedamos detrás de él y sin apagar la luz y sin quitarle la mirada me bajé y me aproximé hacía él, estaba como a 10 metros, lo llamé pero no se detenía, seguía caminando lentamente, hasta que se fue desvaneciendo poco a poco.

“Fue hasta ese momento que me vino a la cabeza que a lo mejor lo que estaba viendo no era algo de este mundo y la verdad hasta pena me da reconocerlo, pero me empezaron a temblar las piernas del susto; cuando llegué a la patrulla mi compañero me dijo que yo estaba pálido y me preguntó qué había pasado.

“Cuando le explique todo, él me dijo que podría tratarse del ‘viejito de blanco’, y me dijo acerca de una leyenda que cuenta la gente sobre este suceso, que más que leyenda es la verdad porque yo lo vi, nadie me lo contó; la descripción es idéntica.

“No me lo van a creer, pero esa misma noche, diez minutos después ¡lo vimos de nuevo! Por cuarta ocasión en esa madrugada, pero ya no nos detuvimos, lo dejamos en paz”, comenta nuestro entrevistado, quien actualmente labora en el sector oriente de Mérida como patrullero.

Lo interesante del caso que los últimos reportes que me han dado los policías, coinciden en la fecha, ya sea el 1 ó 2 de noviembre, es decir, que quizás pronto alguien me comente de su más reciente aparición ya sea hoy o mañana.

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