Como si fuera ayer: ¿estarías dispuesto a hacer lo que ellos?

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Rollo: Celia Franco
En mi familia la vocación de ayudar a los más necesitados siempre he estado presente, tanto así que mi madre y dos de sus hermanas son enfermeras; sin duda, ellas son un gran ejemplo para todos en nuestra familia.

Hoy, uno de mis primos es doctor y lo cuento con mucho orgullo porque es un gran ser humano, tiene que serlo para dejar todo y poner siempre primero las necesidades de los demás, de quienes, postrados en una cama, padeciendo mucho dolor, no pueden valerse por sí mismos.

El “Piquico”, como cariñosamente le decíamos de niño, es de la camada de en medio de los Cervera, siempre alegre, juguetón, cariñoso y ocurrente. Hoy se ha convertido en todo un hombre y de bien, tiene dos hijas hermosas, una esposa que lo impulsa a ser mejor persona y lo apoya en cada paso que da.

Pero el camino no ha sido fácil, como la gran mayoría de mexicanos que logró cumplir el sueño de estudiar la carrera que le gustaba, tuvo que hacer muchos sacrificios, pasar por desvelos, hubo días buenos y muchos malos, frustraciones y recompensas; pero al graduarse todo valió la pena, aunque el camino de un doctor es muy largo y cansado, él no ha decaído; es el orgullo de sus padres y de sus hermanas, aunque no se lo digas y por supuesto de toda la familia.

Ahora con la enfermedad que tiene a todo el mundo con las alarmas encendidas, él es de los que están en el frente de batalla, atendiendo a los enfermos sin importarle el miedo que un virus tan contagioso como el Covid-19 le pueda provocar, dejando a su familia en segundo plano, con turnos cada vez más largos y difíciles, sobre todo ahora que estamos a días de que llegue lo peor.

Y como él, hay muchos médicos, enfermeras, químicos, en general personal de salud, que todos los días dan lo mejor de sí para cuidar a otros, por eso tiemblo de miedo cuando leo que la gente los discrimina, los agrede, los insulta, acusándolos de poder contagiarlos de un virus que ellos combaten.

Doy gracias al cielo porque mi mamá ya se jubiló y no tiene que lidiar con esta pandemia y todos los días pido para que aquellas personas necias e ignorantes que no pueden entender que el personal de salud también son seres humanos y que sacrifican más que cualquier otro en estos momentos, que si algo los va a contagiar es no obedecer las medidas preventivas que repiten las autoridades todos los días, varias veces.

Te lo pido por mi primo, pero también por las madres, los padres, hermanos, hijos, esposos, que todos los días se ponen el uniforme, guardan el miedo en un cajón, besan a su familia y salen sin saber qué les espera.

¿Tú estarías dispuesto a hacer lo que ellos hacen por otros, incluso por ti y tu familia?

Seamos sensibles, respetuosos, empáticos y sobre todo humildes, para cuidarnos pero sobre todo para no lastimar a aquellos que dan lo todo lo que tienen y más para mejorar un poco lo fregado que está todo en estos días.

Por cierto y fuera del tema, hoy es cumpleaños de mi prima “La China”, hermana del “Piquico”, y aunque no podremos brindar por otro año, sabes que te amamos mucho y que te deseamos lo mejor.

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