Un niño de tan solo 6 años de edad falleció por una bala perdida que le dio en la cabeza, durante los festejos de Año Nuevo en el municipio de Apatzingán, en Michoacán.
La “tradición” de muchas personas de disparar armas de fuego al aire, ha provocado no sólo personas heridas sino también fallecimientos, como en este caso que fue un menor de edad.
Ante las autoridades, los padres explicaron que cuando llegó el Año Nuevo, escucharon que hubo detonaciones por todos lados, lo cual es una constante en esa zona del país, pero de pronto escucharon un fuerte ruido en una de las láminas del techo de su humilde vivienda.
Al ir hacia el sitio donde oyeron el ruido, vieron tirado a su pequeño hijo, quien estaba muerto, precisamente a consecuencia de una bala perdida.
Es muy difícil rastrear quién pudo haber sido responsable del deceso de este pequeño, dado que la cantidad de disparos que había hacen casi imposible de determinar desde dónde provino el proyectil.
Sin embargo, hasta el predio acudieron elementos de la Fiscalía General del Estado de Michoacán quienes comenzaron las primeras indagatorias para tratar de dar con los responsables.
La muerte del menor no fue el único caso de accidentes con balas perdidas de este fin de año, ya que en Sonora hubo reportes de que cuatro personas resultaron lesionadas, y en San Juan del Río, Querétaro, un menor también tuvo que ser trasladado a un hospital cuando un proyectil lo alcanzó mientras jugaba en la calle.
