Dicen que para ser deportista debes, primero, parecer deportista. Y, en efecto, Eduardo Vera Hernández es un joven de 24 añejos, nacido y crecido en Yucatán, pero desde temprana edad se encarreró con su destino: el béisbol.
De tal forma y después de varios años de lucha constante, Eduardo podría ser el primer yucateco en debutar en la Gran Carpa -las Ligas Mayores de Béisbol- en caso de llenarle el ojo al entrenador en jefe de los Piratas de Pittsburgh, Clint Hurdle, en tierra de los ahijados del “muy agradable” mandamás Donald Trump.
Y es que ningún pelotero yucateco se ha acercado tanto a las GL como el chamaco de Mérida.
En su momento, en la década ochentera, Juan José Pacho Burgos, el ex jugador de los Leones de Yucatán y exitoso manejador en la Liga Mexicana del Pacífico, con sus amados Venados de Mazatlán, transitó por las sucursales de Doble A y Triple A de las Medias Blancas de Chicago. Pero nunca dio el paso final. Excelso fildeo del nativo de Oxkutzcab, pero su bateo nunca fue lo suficientemente bueno para las “Mayores”.
Pero el caso de Vera Hernández parece ser diferente. Es uno de los prospectos más avanzados de los bucaneros gringos, al menos en el cuerpo de lanzadores, con números realmente alentadores. En la pasada temporada de 2018 con la filial de Doble A, el Ahoova Curve, ganó 11 partidos por 5 derrotas, con un promedio de carreras limpias de 3.35 y 96 ponchetes, conquistados con su variedad de lanzamientos: recta que suele alcanzar las 96 millas por hora, así como el cambio, curva y slider.
Y eso que en 2015, más chavo, fue operado de la “bazuka” derecha, a la “Tommy John” (sustituirle ligamentos de otra extremidad al brazo). Y lo superó con creces. Y apenas, hace unas semanas, estuvo tirando con los Venados de Mazatlán de J.J. Pacho, pero por indicaciones de los Piratas, sólo hizo cinco salidas; sus adversarios no le hicieron carreras, aunque tampoco obtuvo mucho respaldo de sus coequiperos a pesar de lanzar para triunfar. De todas maneras, ganó un partido.
“En lo que sea estoy listo”
Entrevistado en las instalaciones del Grupo SIPSE, Eduardo se muestra tranquilo, relajado y, sobre todo, confiado en poder alcanzar su meta. “El 13 de febrero se abren los entrenamientos de los equipos de Grandes Ligas en la Florida y allí estaré, por lo menos una semana antes, para entrenar y adaptarme a lo que la escuadra necesita”, dijo.
Relató que hace unas semanas, estando con los Venados de Mazatlán, recibió la llamada personal de Clint Hurdle, el mandamás de los Piratas de Pittsburgh, quien lo invitó al campo de entrenamiento, sobre todo por su notable desempeño en la sucursal de Doble A.
“Los Piratas requieren de lanzadores y es un equipo joven; yo estoy listo para hacer mi trabajo y llenarle el ojo al manejador. En caso contrario, me asignarían a Triple A para continuar con mi desarrollo”, sostuvo. Precisó que, aunque se desempeña como abridor, también puede hacer labores de relevista. “En lo que sea estoy listo”, afirmó. Hagamos “changuitos” con los dedos de las manos.
(Info: Félix Zapata/Foto: purobeisbol.mx)
