Es de dominio público que Antonio Mohamed está contra las cuerdas pero al técnico argentino le queda una bala que debe intentar aprovechar. Este lunes arrancó su semana de entrenamientos más dura, desde su llegada a Vigo.
Su fichaje por el Celta fue una apuesta personal del presidente Carlos Mouriño, que no quiere dar el brazo a torcer tan rápido y todo apunta a que le concede crédito hasta el próximo sábado, día en el cual el Celta vuelve a jugar en Balaídos, en este caso ante el Eibar.
Mohamed volverá al estadio del que ha salido abucheado en los tres últimos encuentros y sabedor que en caso de no conseguir una victoria estará sentenciado. De hecho, el técnico, cuando abandonó Balaídos en la medianoche del viernes, no las tenía todas consigo acerca de su continuidad.
Suspendió el entrenamiento del sábado y durante el fin de semana no facilitó el plan de trabajo para la presente, como es costumbre.
Al entrenador para mantener el puesto no sólo se le piden números, también un giro en su apuesta táctica y una mejor gestión de la plantilla. Se considera que no está sabiendo manejar los recursos que han puesto a su alcance.
En su vuelta al trabajo de este lunes mantuvo una charla, al inicio de la sesión, con su plantilla sobre el césped, lo cual tampoco resulta novedoso ya que es lo habitual en el arranque de cada semana.
Para el partido ante el Eibar, Mohamed ya podrá contar con el mexicano Néstor Araújo, cumplida sanción ante el Alavés. Mientras, seguirán causando baja por lesión, Maxi Gómez y Jensen.
(Info y foto: marca)
