“Tanquecito” Xool, un ejemplo a seguir

InicioAfición“Tanquecito” Xool, un ejemplo a seguir

Una vida dedicada al deporte y un ejemplo de superación personal, así es Jorge Xool, mejor conocido en la lucha libre como el “Tanquecito”.

Enero es muy significativo para Jorge Xool, pues fue en este mes pero de hace 54 años cuando dejó de beber, dedicándose por completo a asistir al grupo de “AA” (Alcohólicos Anónimos), donde sigue su andar junto al otro amor de su vida, “Doña Lucha”, disciplina en la que se desempeña como réferi.

Sus inicios en el deporte espectáculo comenzó por ahí de los años 70 cuando ya limpio de vicios fue conociendo los secretos de la lucha libre y por asares del destino no llegó a debutar como gladiador, sino imponiendo ley sobre el cuadrilátero.

Arriba el deporte

Jorge es una muestra que cuando se quiere, se puede. Por un tiempo, Xool formó parte de la fila de quienes en el vicio encontraron un momento de “felicidad”, pero por amor propio todo cambió. “Me traía muchos problemas y en ese tiempo no tenía nada. Llegué a AA y cambió mi modo de vivir, me fui recuperando; no sabía que el alcoholismo que era una enfermedad, no sabía que la primera copa era la que incitaba a beber, pensaba que con una o dos copas ya podía, pero no era así”, recordó.

Con nueva cara en su caminar y dejando atrás las cosas negativas, Jorge Xool, el también conocido “Abuelo” de la lucha libre hizo memoria y externó que a los 29 años de edad dejó el trago y empezó su lado deportivo.

Con el legendario luchador yucateco Carlos García, enseñando dos antiguos carteles.
Con el legendario luchador yucateco Carlos García, enseñando dos antiguos carteles.

De luchador a réferi

“A mí me gustaba alzar pesas y estar en forma. Ya había dejado de beber, buscaba cómo distraerme. Unos compañeros del grupo me invitaron a ir a un gimnasio de lucha libre, incluso un primo lo practicó, ya tenía como 30 años, ya me sentía grande, pero de los que me invitaron ninguno aguantó y yo me quedé”, declaró en medio de sonrisas al recordar esa anécdota que lo mantiene vivo hasta hoy en los cuadriláteros.

Enero fue su mes de debut, siendo la plaza de Tizimín, precisamente en la Feria de los Reyes, cuando Jorge hizo su aparición por accidente como tercero en el cuadrilátero. “Iba entrenar todos los días, llegué un día y se estaban yendo a luchar y no había réferi para ayudarlos.

Carlos García (luchador yucateco) fue el que me invitó porque veía que entrenaba y ya estaba a punto de hacer mi equipo”, pero describió que tuvo que cambiar su amor al bando rudo y técnico para ser imparcial. El Espartano fue uno de los maestros que daban clases en esa época junto al mismo García y Gato Cetina, de entre los que recuerda afirmando que esas eran horas duras pero seguras para aprender el arte del catch.

“La lucha es como una droga, te gusta y estas adentro, pero es algo sano”, declaró.

Hoy, a sus 83 años de edad, Jorge Xool sigue activo en la lucha libre y en abril próximo cumplirá un año más de vida, de lo cual dijo seguirá en el pancracio “hasta que el cuerpo aguante”, así como seguirá asistiendo a los bailes guapachosos, donde el “Tanquecito” es gran bailador.

Le gusta caminar mucho

Además, Jorge Xool es como un verdadero “Tanquecito”, imparable. Porque él se “moviliza” por todos los rumbos de la ciudad “a pura pata”, recorriendo a pie grandes distancias.

“No me gusta usar autobús, combi o taxi. Prefiero caminar. Además eso me mantiene activo, en buena forma”, afirmó el popular y octogenario réferi de lucha. En su juventud, Jorge Xool trabajó la platería, pero poco a poco esta actividad ha ido desapareciendo.
El amante del mole ha dejado huella en la lucha, pues su hijo Kukulcán I le siguió los pasos, mismos que dos de sus yernos, bajo el mote de Kukulcán II y Guerrero Negro; y por último su nieto Aztlán 13, que sigue cosechando refrescadas de jefa al formar parte del bando rudo.

(Rollo: Félix Zapata/ Flashazos: Martín González y Cortesía)

- Publicidad -

LO MÁS LEÍDO