Futbolista de México pretende convertirse en religioso

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William da Silva, mediocampista de Toluca, debutó en su natal Brasil a los 16 años con el Palmeiras, uno de los equipos más representativos de ese país. A tan corta edad alcanzó el máximo sueño, pero hubo dos episodios que cambiaron su vida y lo alejaron por dos años de los campos de juego.

En esa adversidad se acercó a la religión, y desde entonces su vida dio un vuelco completo. Siendo un adolescente, el mediocampista cumplió con la inspección médica de rigor que practican todos los clubes. “Me fui a hacer estudios del corazón y tuve un problema, tuve un paro cardíaco ahí y tuve que dejar el futbol, me entró la desesperación porque tenía 16 años, quedé depresivo, bajé de peso como 10 kilos, eso me cambió la vida, porque ya no podía jugar y hacer lo que más quería».

«Un año después de este paro cardíaco volví a hacerme los estudios y tuve otro paro cardíaco; entonces se me acercó un amigo y me empezó a hablar de Cristo y me decía que me acercara, que Cristo me podía ayudar que me podía hacer un milagro”.

Fue ese problema de salud el que llevó a William al cristianismo, se refugió en la fe porque “los médicos me decían que era imposible regresar a la cancha, entonces me empecé a acercar a Dios y hoy llevo casi 13 años caminando con Jesús, de ir a la iglesia, de orar y de llevar a mis hijos a conocer de ello y creo que es la mejor cosa que he hecho en mi vida es la mejor decisión que he tomado en mi vida”.

Celebración aburrida, pero vida consagrada

En cada partido que Da Silva ha jugado en México desde el 2013 que llegó a Querétaro, en América y ahora con Toluca, es común verlo realizar manifestaciones de tipo religioso, y los goles que ha marcado en el futbol mexicano los ha celebrado hincándose y levantando los brazos al cielo como muestra de agradecimiento.

¿Por qué lo hace, por qué no explota en júbilo como lo hacen otros jugadores brincando, gritando…? “Porque él (Cristo) fue el único que me dio la oportunidad de regresar a la cancha, él es el único que me da la oportunidad de hacer lo que más me gusta hacer; me cuida y me guarda, entonces antes de arrancar el partido cuando pisó la cancha lo primero que hago antes de que silbe el árbitro es hincarme y dar las gracias y decir ‘Dios yo te agradezco porque muchos quisieran estar aquí; gracias porque me elegiste a mí para estar aquí’”, comenta.

Quiere ser pastor

Su comportamiento no ha pasado desapercibido y él mismo señala que si bien, en los equipos que ha militado, sus compañeros le respetan sus creencias, sí ha habido momentos en los que ha escuchado algunos comentarios en tono de burla de gente ajena al futbol.
“Me ha pasado que la gente dice ‘ese es el santo, es él padrecito’. Me dicen El Pastor, pero de verdad estoy convencido de lo que soy”.

William agrega que sí hay jugadores que cuestionan su forma de comportarse en el sentido en que no hace otras cosas que realizan algunos otros jugadores profesionales “dicen que por qué no salgo o que tengo una vida muy aburrida, pero no tengo una vida aburrida, tengo la vida que siempre quise tener, siempre me encantó cuidar a mis hijos, a mi señora, cuidar mi trabajo y prepararme para hacer las cosas bien y tener gratitud con Dios, no creo que mi vida sea mala; al revés, es una vida llena de sanidad y de pureza”.

William da Silva incluso tiene claro que una vez que la carrera como futbolista termine, se dedicará a ser pastor, porque cree que esa será su manera de seguir llevando su mensaje. “Me encanta la idea porque veo que a través de la palabra de Dios he podido vivir una vida mejor, he conocido cosas que me hicieron crecer como persona, como hombre.

(Info y foto: Milenio)

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