Rollo: Celia Franco/ flashazos: Jorge Pallota
Una de las mujeres con más responsabilidades en Yucatán es la secretaria general de Gobierno, María Fritz.
La mayoría de nosotros no tenemos ni idea de todas las responsabilidades que enfrenta cada día; las presiones deben de ser grandes, pero su compromiso es mayor. Todas las mañanas se levanta con el ímpetu de servir a Yucatán y a los ciudadanos.
Pero eso no ha cambiado su esencia y la señora sigue tan sencilla como siempre. Proveniente del municipio de Yobaín recuerda con nostalgia su infancia cuando compartía a diario con sus familiares, disfrutaba de la rica comida de su abuelita; las risas, el amor y las travesuras era comunes.
Aprendió que la familia es lo más importante, uno de sus grandes tesoros son sus nietos, le cambia la cara cuando los menciona y la sonrisa llega a ella, se nota que son un gran motor en su vida para esforzarse al máximo en su chamba que es una de las más importantes en el Gobierno estatal.
Conversando con De Peso y Novedades, la funcionaria confesó que una de las cosas que más disfruta es el chocolate, al recordar cuando su abuelita molía el cacao hasta cerró los ojos, fue como si el olor del grano llegara de golpe a su memoria y deseara estar de nuevo en el pueblo, con sus seres queridos saboreándolo calientito, recién hecho.
En su oficina, ubicada en Palacio de Gobierno, en donde sus únicos adornos personales son tres dibujos de sus nietos y un par de plantas, la Secretaria recordó aquellos días de verano que disfrutaba al máximo en el puerto de Chabihau. Amable y sincera compartió con nosotros para que le contemos, amable lector(a), parte de su vida y gustos.
-¿Su perfume favorito?
-Sí, ¿cómo no? Mi favorito es «Good Girl» (jajajajaja), no porque me identifique con lo de «niña buena», sino por el aroma que es dulce.
-¿Comida y postre que más le gustan?
-Bueno pues, el san simón me encanta, pero también me gustan mucho los kibis, los normales y de postre… ¡ay! (suspira) el chocolate, me gusta mucho el chocolate. Fíjate que mis primeros seis años los viví en Yobaín, en donde todos mis familiares vivían concentrados en una cuadra, la casa más grande, la de en medio, era la de mis abuelitos y ahí nos reuníamos con los ocho hermanos de mi mamá, incluyendo al famoso huesero de Yobaín. Ahí íbamos a tomar chocolate con pan bueno que le decían, que era el dulce.
-¿Alguna frase o refrán con el que se identifique o que guste?
-Sí, me gusta mucho la que dice: No todo lo que brilla es oro. Y me gusta porque creo que a veces la fachada engaña (sonríe); me gusta ver el interior de las personas, incluso como funcionaria creo que hay que ver las necesidades más allá de lo que se pueda ver.
-¿Cuándo era niña qué imaginaba iba a ser de grande?
-(Risas)… Hay cosas que un niño ve como ideales antes de conocer la vida. Algunas veces quería ser aeromoza para conocer el mundo, después siempre pensé, no sabía qué tenía que hacer, pero siempre reclamaba cosas por mí y mis compañeros. Me decían que iba a ser licenciada (recordó que así se le decía hace varios años a los abogados), pero también pensé en ser doctora, ya sabes, cosas que juegas cuando eres niño o niña.
-¿Hace algún ejercicio o le gusta ver algún deporte?
-Bueno, en mi juventud jugué sóftbol, era parte de un equipo y también en la preparatoria era parte del equipo de básquetbol. En general me gusta mucho el deporte, ahora la edad y el tiempo no son los mismos, pero ahora practico natación. Disfruto mucho ver a mi nietecito de cuatro años jugar fútbol, trato de no perderme sus partidos; casualmente, hace unos días jugó y metió dos goles, así que ya te puedes imaginar a la abuelita.
-¿Canción o cantante que más le guste?
Sin dudarlo respondió:
-Armando Manzanero y mi canción favorita es “Por debajo de la mesa”.
-¿Fue muy noviera?
Se sonrojó y dijo casi de inmediato: “Pues no, ni tan tan, ni muy muy (risas); enamorados de verano, ¿ya sabes? De esos que conoces en la playa, pero no.
-¿Cómo definiría el amor?
-Creo que el amor es el que realmente se da, uno puede amar no sólo a su pareja, puedes amar a tu familia, tu estado, tu ciudad, lo importante es que ese amor siempre sea en positivo. Para mí, amar o sentir amor por alguien es ver todo un mundo en positivo. Todo se puede.
-¿Mejor virtud?
-¿Cuál será? -pensó por un momento, con su mano derecha se acarició la barbilla y después respondió- ser agradecida.
-¿Peor defecto?
-Exigente, soy muy exigente, espero mucho.
¿Algún vicio?
-Una larga pausa y después dijo: «Tengo varias actitudes que debo mejorar, pero creo que la que debería de trabajar más es evitar intentar cambiar a las personas».