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Voló el Vento en Altabrisa

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Voló el Vento en Altabrisa
Aunque hubo dos versiones de este accidente, al final el guiador de la Subaru aceptó su responsabilidad.

Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- Dos versiones surgieron en torno a un aparatoso trancazo de naves ocurrido la mañana de ayer en calles del fraccionamiento Altabrisa. Dos versiones, pero el mismo resultado, que fue una camioneta Subaru de placas YYT592A dañada de la cola y una llanta, y un Vento con matrícula YWT628C, en donde la guiadora quedó lesionada y tuvo que ser llevada a un hospital.

De Peso tomó nota de los hechos. El guiador de la Subaru, José Viladiú Chávez, de 60 años de edad, explicó a las autoridades que él iba sobre la calle 15, y en el cruce con las calles 18-C y 20 se estacionó a la derecha.

En eso lo chocó por detrás el Vento a cargo de Lidia Vázquez Caamal, quien aparentemente estaba hablando por teléfono celular y por eso se pegó demasiado a la derecha mientras iba en movimiento.

El golpazo lanzó metros adelante a la Subaru, a la cual se le desprendió la facia trasera, en tanto que el coche de la mujer perdió estabilidad y quedó de cabeza, saliendo ella lesionada, por lo que tuvo que ser enviada a un hospital.

La otra versión la dio una mujer que trabaja en una caseta de vigilancia frente a donde ocurrieron los hechos. Según esto, la Subaru se estacionó, efectivamente a la derecha de la calle 15.

El guiador, sin embargo, se habría echado de pronto en reversa y habría invadido el carril por donde se aproximaba el Vento, suscitándose el choque que derivó en los daños antes mencionados.

Viladiu Chávez se negaba a aceptar su responsabilidad e incluso se portó prepotente y grosero con los policías y los familiares de la conductora, por lo cual los uniformados lo detuvieron y subieron a una patrulla.

Cuando llego su ajustador, los agentes le permitieron descender la patrulla para tratar de llegar a un arreglo con la otra parte, pero le advirtieron que si se volvía a ponerse grosero lo arrestarían.

Este individuo insistía en negar su responsabilidad e incluso pedía que se revisaran las cámaras de vigilancia de una privada ubicada enfrente del lugar del accidente, pero los vigilantes del lugar señalaron que los aparatos sólo enfocaban el acceso al complejo habitacional y no a la avenida.

Al final tuvo que aceptar su responsabilidad en el accidente, por lo que los ajustadores dialogaron para llegar a un arreglo sobre la reparación de los daños y las lesiones de la joven.