Más le hubiera valido «chocar» con el otro automóvil que armar un soberbio relajo en el que su March terminó para la fundidora de chatarra. Al menos, Miguel Angel no resultó lesionado.
Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- Se le arrugó el “sisifrís” cuando el conductor de un vehículo pasó muy cerca de él y como creyó que lo iban a chocar, para evitar el supuesto impacto volanteó, y de todas formas se fue a estrellar contra un señalamiento vial, el cual desprendió de su base; luego dio varias volteretas, para terminar con su auto despedazado en la hondonada central del Anillo Periférico de Mérida.
La nave quedó inservible, pero lo increíble es que su joven y asustadizo conductor salió prácticamente ileso; adolorido y sacudido, pero sin lesiones que pongan en peligro su vida.
¿De quién estamos hablando?, pues de Miguel Angel Tzab Ku, quien iba al volante del March con placas de circulación YWL027B, sobre el Periférico de la capital yucateca. Como todas las mañanas iba camino a su chamba pero al llegar al kilómetro 47, otro automovilista pasó muy cerca de él, casi rozándolo, y como se puso nervioso giró la guía, con la intención de evitar un accidente, pero ¿qué creen?, le salió más caro el caldo que las albóndigas, pues lamentablemente no lo logró.
Si bien es cierto que no colisionó con el otro carro, la maniobra provocó que se aporreara contra un letrero, lo desprendiera de su base, girara varias veces hasta quedar de nuevo sobre sus cuatro llantas hasta detenerse en la hondonada central. Por suerte ,Miguel no impactó a otro vehículo, sin embargo su nave quedó destrozada y él golpeado y con algunos raspones, pero nada grave.
Al lugar llegaron agentes de la Secretaría de Seguridad Pública, que al ver tremendo relajo llamaron a los paramédicos de la corporación para que valoraran a Miguel mientras llegaba el representante de su aseguradora.
Lo más seguro es que su nave fue pérdida total, más los gastos para la reposición del letrero que fregó y otros daños a las vías de comunicación que haya provocado.