Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- Presuntamente, desde el Centro Estatal de Evaluación y Control de Confianza, se han efectuado llamadas telefónicas a la esposa de un reportero, con el fin de tratar de buscar información personal, totalmente ajena a la labor de dicho organismo para con la población civil.
La clara y reiterada muestra de intimidación o falta de profesionalismo, por aquello que no saben a quién están investigando, proviene del número (9996) 88-65-31.
Esta instancia es un órgano desconcentrado de la Secretaría de Gobernación, que efectúa estudios de seguridad, confiabilidad, eficiencia y competencia de los miembros de seguridad pública, que se encuentra ubicado en el edificio de la Secretaría de Seguridad Pública.
El lunes, una mujer, que no se identificó, se comunicó al número de teléfono celular del ama de casa, dirigiéndose a ella por su nombre y apellido, y luego señaló que le hablaban “del trabajo de su esposo” y si éste le había informado que en esos momentos, a la puerta de la vivienda, se iba a presentar un licenciado para explicarle… Pero el tal licenciado nunca llegó.
Llamada «medio rara»
Como la llamada estaba medio rara, el reportero se comunicó a dicho número, sólo para que la misma mujer le indique que trabajaba para ese centro y que “alguien” había dado los datos del teléfono de su esposa sin precisar con qué objeto.
También que sólo se evalúa a gente del gobierno, no a particulares.
Cuando se le enteró que se estaba dirigiendo con un empleado de un medio de comunicación, trató desesperadamente de conocer su nombre, recibiendo la misma pregunta como respuesta, pues a nadie se le da ese tipo de información y menos por teléfono.
La llamada concluyó con la petición de que revisen sus fuentes de información y que dejen de molestar a una persona que no tiene nada que ver con sus labores.
Pocas horas después se repitió la llamada, dando el supuesto nombre del esposo o “pareja”, y con la indicación que si no quería contestar “no hay problema”.
De qué se trata, señores de la Secretaría de Gobernación, se equivocaron o tratan de intimidar. Sean claros y déjense de payasadas.