MÉRIDA, Yuc.- Por la muerte del joven vaquero Pedro Falcón Díaz, de 21 años, quien perdió la vida al ser colisionado mientras viajaba en una moto, habitantes de Panabá exigen justicia a las autoridades, pues presuntamente la persona que lo chocó se dio a la fuga y se refugió en un rancho. 

En cuanto supieron que Pedro murió, pues desde el pasado jueves 18 de agosto se encontraba hospitalizado, los habitantes de Panabá alzaron la voz para exigir justicia contra la que señalan como responsable del percance.

El pasado jueves 18 de agosto, Pedro manejaba su motocicleta y de pronto fue colisionado por alcance por una camioneta blanca, que presuntamente huyó del lugar y que fue hallada en un rancho cercano, donde, señalan, la guiadora se refugió para evadir su responsabilidad. 

El accidente ocurrió en el tramo Panabá-San Felipe, cuando el ahora occiso transitaba acompañado por Iridian Güémez Aké, de 21 años de edad.

Al resultar lesionado, Pedro fue trasladado en estado de gravedad a un hospital a bordo de la ambulancia de la SSP, pero finalmente la noche del pasado martes 23 de agosto falleció en el nosocomio.

Los lugareños aseguran que fue dicha mujer la que manejaba el vehículo y provocó el percance, debido a que es conocida en la población. 

Las cuentas de Facebook se inundaron de publicaciones dándole el pésame a la familia de la víctima, a quien conocían como amante de la fiesta brava y como excelente vaquero, que siempre demostró sus habilidades con el lazo. 

Su cuerpo llegó la noche del miércoles a la comunidad que lo vio crecer, donde lo esperaba una caravana de automovilistas y motociclistas. 

Este miércoles a las 7 de la mañana se celebró una misa de cuerpo presente y posteriormente, el cortejo se dirigió hacia el lienzo charro del Ayuntamiento, donde le rindieron un homenaje y de ahí continuaron hacia el Panteón General de esa población. 

Desde la salida de su domicilio y durante todo el trayecto, el caballo que siempre montó Pedrito, como le llamaban en los ruedos, estuvo detrás de la carroza, y encima llevaba el sombrero que el ahora occiso portaba en las corridas, así como el lazo con el que siempre fue acertado.