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No deja su vicio: depredador sexual

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No deja su vicio: depredador sexual
No deja su vicio: depredador sexual

Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- Aunque supuestamente debería estar preso porque estaba siendo procesado por el delito de tentativa de violación equiparada, Carlos Humberto Alejandro de la Cruz de nuevo atacó sexualmente a una mujer a poco más de un mes de atentar contra una turista que dormía en el Hotel “San Clemente”, de Valladolid.

Una vez más, el juez de control Manuel Soberanis Ramírez tuvo ante sí a dicho sujeto, que no deja sus malos hábitos de atacar a las mujeres cuando duermen y más si se hallan ebrias.

En la primera ocasión, Soberanis Ramírez le había impuesto la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa, por los hechos registrados el 11 de marzo, aproximadamente a las 05:30 horas, en el hotel “San Clemente”, ubicado en la calle 42 entre 41 y 43 de Valladolid.

Como en este lugar labora, el tipo se introdujo a la habitación número 213 y, aprovechando que la víctima se encontraba profundamente dormida, pretendió imponerle la cópula por la vía vaginal.

Sin embargo, en ese momento despertó la mujer, que gritó pidiendo auxilio, arribando otro trabajador, que retuvo a su compañero y lo entregó a las autoridades.

Cabe mencionar que De la Cruz debía de estar preso, pero por circunstancias que se ignoran, fue liberado porque en el Nuevo Sistema de Justicia Penal el delito que se le atribuye no se considera grave y no necesariamente se castiga con pena corporal.

Ahora enfrenta el cargo de abuso sexual cometido con violencia, que es menos grave.

Sin embargo, Soberanis Ramírez le impuso la medida cautelar de prisión necesaria por todo el tiempo que dure el proceso, por ser reincidente.

Este jueves será vinculado a proceso y se espera que dicha medida subsista por un tiempo y, después, que mejor se cuiden las mujeres que acostumbran dormir solas.

El 21 de abril, aproximadamente a las 21:30 horas, este sujeto y otras personas, se metieron a un predio ubicado en la calle 22 entre 15 y 17 de Chemax.

Los tipos sujetaron a la víctima y le rompieron las prendas que portaba hasta dejarla semidesnuda, y el ahora procesado, con el auxilio de dos personas más, la inmovilizó para poder tocarle los senos, glúteos y vagina.

La mujer logró gritar, lo que hizo huir a sus atacantes y el ahora procesado fue el único que no alcanzó a escapar.