Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- El taxista ticuleño Ricardo Espinosa Lizarraga (a) “Tac Tac”, considera que “sin deberla y temerla”, fue involucrado injustamente en un hecho delictivo en el que tomó parte el maleante Juan Luis Yah Abán (a) “Balis”, al que le prestó un servicio sin saber que estaba robando limones.

Se comunicó a De Peso para expresar que siente que a raíz que apareció su apodo publicado en una nota (su nombre no se puso), lo han estado burlando las personas que lo conocen y que por eso su honra ha sido manchada.

Reconoció que le brindó un servicio de taxi a “Balis” (nunca habló de otra persona, de apodo “Caballo), que cuando se estaban retirando del lugar, el tal Yah Abán tuvo un enfrentamiento con los dueños de los cítricos y que éste último le ordenó que siguiera su camino.

Que más adelante, fueron interceptados por la Policía y él accedió a mostrar lo que llevaban en la cajuela de su auto de alquiler.

A los dos días acudió a la Fiscalía General del Estado para declarar y ahí ratificó que no sabía que se estaba cometiendo un delito.

También que a él no le fincaron responsabilidades. Servido, “Tac Tac”.

Como se recordará, el tal “Balis” pasó de ofensor a “ofendido”, cuando el familiar de una de sus últimas víctimas quiso tomar la justicia por su propia mano y de un machetazo casi le vuela la oreja derecha.

El juez de control de Tekax imputó y vinculó a proceso penal a Luis Fernando Góngora González (a) “Pachón”, por el delito de lesiones calificadas, que denunció el maleante, al que el Nuevo Sistema de Justicia Penal lo tiene sin pendiente.

La madre de Góngora González había denunciado a “Balis” por el robo de ocho cajas de limones, valuadas en 500 pesos cada una, en un hurto que cometió este sujeto en complicidad de dos personas más.