Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- La justicia y las leyes se las pasa por “el arco del triunfo” el recién condenado y reincidente delincuente Armando Abraham Cruz Quijano (a) “Koyac”, que de nueva cuenta delinquió, demostrándose que las buenas intenciones del Nuevo Sistema de Justicia Penal sólo son teoría hueca.

Así es, todavía el 19 de febrero, fue “condenado”, mediante un procedimiento abreviado, a 1 año y 3 meses de prisión al confesar que fue videograbado en el Centro Estatal de Medidas y Suspensión Condicional del Proceso (Ciospa), donde acudió a firmar porque estaba siendo procesado por un asalto y se robó una tableta de una funcionaria, con la que se fue a entrevistar.

Sin embargo, pagó –su familia siempre lo apoya, a pesar que es incorregible- y su pena, la iba a llevar en libertad, sólo que las mañas no se le quitan.

En esta ocasión, corrió con relativa suerte, pues una pifia por poco lo deja en libertad, pues la juez de control Elsy del Carmen Villanueva Segura determinó como ilegal su detención, ya que había contradicción en la entrevista realizada al testigo que señala al “Koyac” ante la Secretaría de Seguridad Pública, así como hubo demora en la puesta a disposición de la policía estatal.

Sin embargo, se realizó la imputación y la vinculación se programó para el 16 de marzo y se le impuso la medida cautelar de prisión preventiva por 6 meses.

Fue denunciado en esta ocasión por Rosaura Carolina Rodríguez Tzab y Arif Octavio Alvarez Várguez.

Cruz Quijano, el 8 de marzo, alrededor de las 11:30 horas, se introdujo a un predio de la calle 55-B entre 58 y 60 del fraccionamiento Francisco de Montejo y se apoderó de una laptop y una soguilla con una imagen de la Virgen de Guadalupe.

Para entrar, dañó una puerta de tambor, al igual que la cerradura, siendo detenido en calles cercanas al lugar de los hechos por elementos policiacos con los objetos en su poder.

Historial

Una semana antes de robar en el Ciospa, fue beneficiado, por otro de su tantos delitos, cuando el juez de control Luis Edwin Mugarte Guerrero ordenó que le quitaran el localizador electrónico que portaba, ya que estaba en la cárcel.

Antes había violado las condiciones de suspensión condicional de un proceso anterior.

El 18 de octubre pasado, fue beneficiado al negociar una suspensión provisional, luego de ser denunciado por asaltar a un sexagenario que salía de un cajero.

Este acuerdo era por 8 meses condicionado a residir en un domicilio, no salir del Estado, no portar armas, firmar en Medidas Cautelares (donde robó), no acercarse a la víctima en un radio de 200 metros, la colocación de localizador electrónico y reparar el daño por la cantidad de 8 mil pesos.

Cabe mencionar que el Nuevo Sistema de Justicia Oral lo ha beneficiado en otras ocasiones.

En octubre del 2015, entró al hotel “Lilas”, ubicado en la calle 69 entre 66 y 68, del Centro, despojando al encargado de su celular y 1,050 pesos.

En ese caso, reparó los daños y obligó a la víctima a aceptar que se extinga la acción penal.

Días después entró al predio de su vecino Pedro Renán Rodríguez Núñez y al ser descubierto, golpeó a la víctima y fue procesado por el delito de robo calificado cometido con violencia.

En esa ocasión decidió someterse a un procedimiento abreviado y fue condenado a 1 año y 5 meses de cárcel, el 1 de junio del 2016.

Recuperó su libertad antes de tiempo, arrancándole el perdón a su víctima.

Mediante otro procedimiento abreviado se le benefició cuando, en compañía de su hijo José Alejandro Cruz Zapata, el 28 de septiembre del 2016, robó en la casa de la señora Wendy de la Cruz Toledano Cetina, ubicada en la calle 99 entre 64-A y 64-B de la colonia Delio Moreno.

Se obligó a la víctima a llegar a un arreglo, con un pago y disculpas.