Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- En el interior del estado, principalmente en las costas se sintieron los efectos del frente frío No. 45 que entró con toda su fuerza eólica derribando postes, árboles y anuncios, pero sobre todo metiendo el mar hasta las calles de los diferentes puertos.
En Kinchil, la turbonada que ayer azotó violentamente la zona tiró y desgajo decenas de árboles, láminas, cables y demás objetos, mientras que en los puertos de Sisal (Hunucmá) y Celestún el mar hizo de las suyas al volcar lanchas, mientras en este último puerto la creciente inundó el refugio pesquero y el muelle de pescadores.
En el puerto de Sisal este fenómeno meteorológico que por cierto no derramó ni una gota de lluvia azotó cerca de las 15:30 horas derrumbó árboles en varias calles de la ciudad de Hunucmá, incluso el nivel del agua del puerto de abrigo de la comisaría porteña aumentó; hubo fuerte oleaje y se informó que algunas lanchas se las llevó el mar, mientras que otras embarcaciones fueron arrastradas a la orilla.
El norte también dejó daños materiales valuados en miles de pesos, principalmente en la zona costera del oriente de Yucatán.
En un recorrido por la zona, todos los puertos reportaron personas en altamar durante el ingreso de fenómeno, aunado a las pérdidas materiales.
En Dzilam de bravo, habitantes mencionaron que las embarcaciones tuvieron fisuras en la parte delantera de los cascos, así como el ingreso del mar en las casas, provocando daños materiales en muebles de madera y en algunos electrométricos como refrigeradores y neveras.
En Santa Clara, el mar recorrió varias calles a una velocidad aproximada de 20 kilómetros por hora, arrastrando en su camino lanchas y alijos, además de que el agua ingresó en algunas casas.
En Chabihau , San Crisanto y Telchac Puerto, turista publicaron en sus cuentas de Facebook, que el fuerte norte los agarró por sorpresa cuando visitaban las playas dentro de los restaurantes de la zona.
En el puerto de abrigo ubicado en Chabihau y Dzilam de Bravo reportaron que en conjunto se encuentran en altamar por lo menos siete embarcaciones, cinco de ellas son lanchas con motores fuera de borda, que no habían bajado a la costa, por lo que están en la espera de ellas.
Tanto en Dzidzantún como en Tepakán se reportaron árboles caído y daños en postes de energía eléctrica, lo que tiene varios sectores de estos municipios sin electricidad.
En Tepakán, los fuertes vientos derribaron dos árboles con más de 80 años que adornaban el centro de esta población.
Según autoridades, como la Capitanía de progreso, informaron que el frete frio proveniente del norte, trae consigo vientos con rachas de 100 kilómetros por hora, por lo que se pidió, a todos los puertos, la suspensión de salidas de embarcaciones hacia el mar.
En Tizimín, al cesar la lluvia que llegó acompañada de algunas ráfagas de viento, la Policía Municipal, a través de su director Roberto Pacheco Aranda y el titular municipal de Protección Civil, Javier Briceño Pantí, indicaron que fueron leves los daños que se registraron esta esta ciudad.
Cerca del zoológico un toldo voló y se quedó atorado en los cables del tendido eléctrico lo que ocasionó que se quedarán sin energía eléctrica.
En la calle 59 por 46 se cayó parte de la marquesina de una cantina. Minutos más tarde personal de protección civil determinaron que por la humedad, el techo representaba un peligro, por lo que desalojaron a los clientes y cerraron el bar.
En la colonia Santa Cruz, el poste de luz de un parquecito se desprendió de su base y permanecía colgado de los cables.
En los puertos de San Felipe, Río Lagartos y Las Coloradas los fuertes vientos obligaron a los porteños a amarrar sus embarcaciones para evitar que se dañaran por los golpes.
En Valladolid, a raíz de los fuertes vientos registrados varias ramas cayeron y los que sufrieron las consecuencias fueron unos carritos de comida, ubicados frente del Hospital General de Valladolid, que fueron arrastrados a varios metros de distancia.
