Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- Dos personas partieron al más allá el día de ayer en sitios diferentes, pero por causas similares: uno falleció en un predio de Ciudad Caucel, y el otro en la colonia Melitón Salazar al sur de Mérida.
En el primer caso, todo parece indicar que fue culpa del alcohol que cayera aparatosamente al piso un señor identificado como Jorge, de 67 años de edad. Pues al golpearse la cabeza de una forma tan fuerte, el don perdió la vida dentro del predio 584 de la calle 92-B con 31 del fraccionamiento Terranova Caucel.
Este hoy occiso tenía la costumbre de ingerir bebidas embriagantes frecuentemente, y la noche del miércoles hizo lo mismo y ya entrada la noche llegó a su casa. Ayer por la mañana, a la vecina de al lado le llamó la atención que don Jorge no fuera a encargar su comida, así que acudió a la casa y empezó a llamarlo. Al no obtener respuesta, se asomó por una ventana y vio a su cliente tirado en la sala sospechosamente inmóvil, y ella, toda espantada, llamó a la Policía.
En pocos minutos llegaron elementos de la SSP que confirmaron que el señor no reaccionaba, y para esos momentos los vecinos ya habían llamado a los parientes de don Jorge, quienes al abrir la puerta, en compañía de los uniformados, vieron que el pobre ya había fallecido, al parecer por una caída que le golpeó la cabeza mientras estaba bajo los efectos del alcohol.
Sin embargo, los parientes del hoy occiso pidieron la intervención del Semefo para que se revisara al don y se determinara si efectivamente fue una muerte accidental, o si había algún delito que perseguir.
Melitón Salazar
El otro caso refiere que hace una semana, Nicasio A. N., de 88 años de edad, se cayó en su cantona de la colonia Melitón Salazar y resultó con lesiones diversas, y ayer por la mañana cayó de nueva cuenta, pero para no levantarse nunca más porque se golpeó la cabeza y eso lo mató.
Don Nicasio vivía solito en una casita de la calle 105 entre 64-J y 64-K de la citada colonia. Ya estaba viejito y por eso un señor le echaba la mano todos los días temprano y le llevaba su desayuno. Ayer por la mañana, esta buena persona llegó con la comida del día, llamó a don Nicasio, pero éste no respondió, de modo que el buen samaritano entró a la casa y encontró al viejito tirado en el piso en un charco de sangre.
Todo asustado salió a la calle y avisó a los vecinos, que a su vez alertaron a la Policía y a los parientes de don Nico, llegando su nieta, así como elementos de la SSP que acordonaron la zona en espera de la llegada del Semefo.
Personal de esta dependencia habló con los parientes del fallecido informando que no se observaban rastros de violencia, y la caída parecía haber acabado con la vida del señor, por lo cual dejaron el caso en manos del médico de la familia para que interviniera una funeraria.