De nueva cuenta, las reses que deambulan en la carretera ocasionaron un aparatoso accidente en el tramo carretero Kinchil-Celestún, esta vez justo a un kilómetro y medio de llegar al entronque de Chunchucmil.
La noche de este martes, el chofer de una camioneta Ford Lobo se dirigía de regreso a su casa en Celestún, pero ya no llegó, pues se estrelló contra un toro que se atravesó intempestivamente en su camino.
El encontronazo, ocurrido alrededor de las 22:00 horas, dejó al animal listo para chocolomo, mientras que el vehículo resultó con el frente destrozado.
De milagro, las personas que viajaban en la camioneta, propiedad de don Renán, no resultaron lesionadas.
Ante ello, el conductor celestunense dio parte a la aseguradora para que se hiciera cargo de los costosos daños materiales.
Hasta el momento, se desconoce dónde acabó el cuerpo del ganado: si en la panza de los afectados o en el de los zopilotes.
Ya se había advertido a los automovilistas del peligro que se corre en las noches al circular cerca del retén de Chunchucmil, ubicado en el kilómetro 68, ya que el ganado no tienen marcas ni aretes, es decir, viven en estado salvaje.
Nada nuevo
En los últimos años, vecinos del puerto, así como turistas, operadores de autobuses y hasta kinchileños han vivido en carne propia lo que es chocar con uno de esos rumiantes, pues han terminado con sus vehículos siniestrados. Incluso hace unos años, hubo una persona fallecida al estrellarse su moto contra un animal.
Así que ya lo sabe, si va transitar por las noches por la carretera que une Mérida con Celestún, tome sus precauciones cuando circule entre los kilómetros del crucero de la comisaría Chunchucmil, ya que en cualquier momento un rebaño puede salir a toda prisa del monte y ¡tómala!