Completamente destrozado del frente terminó lo que alguna vez fue un Swift.
Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- De puro milagro se salvó una familia de Mérida, pues un auto compacto en el que iba se metió debajo de un camión en movimiento a la altura del kilómetro 77 del tramo Kinchil-Celestún. El saldo: un herido y un carrito para el chatarrero.
Se supo que Román Castro Rodríguez de 59 años, manejaba el Swift con placas ZRT032A, con destino al municipio costero para visitar a unos parientes acompañado de su esposa Margarita Acosta Chab ,de 60, y otros consanguíneos. Sin embargo le pisaba al acelerador, por lo que Román acabó reventándose detrás, exactamente del portarrines de un camión de carga Ford con matrícula YT1374A, el cual conducía el kinchileño Rafael Aguayo Chávez de 40 abriles.
Este último acarreaba un flete de llantas viejas al puerto de abrigo. Incluso Rafa (a) «Cholo» dijo que ni escuchó, ni sintió el choque, pues circulaba a una velocidad de 60 kph. Fue a la entrada de Celestún cuando elementos de la Policía Municipal le informaron de los hechos y tuvo que estacionarse para el deslinde de responsabilidades. Por su parte doña Margarita, quien resultó magullada del brazo derecho echaba la culpa al chofer del armatoste, pues junto con su hija alegaban que estaba aparcado.
Tras el peritaje de las autoridades encargadas y en presencia de las aseguradoras se supo que el piloto del Swift tuvo la culpa, y seguramente estrenará otro carro antes de 2018, ya que el siniestrado resultó pérdida total.