Los carnales Angel I. y Eder Moisés V. C.fueron detenidos en posesión de “crack” y “piedra”, gracias a una llamada anónima que indicaba que estaban vendiendo estas sustancias en un bar del centro de Mérida, ubicado a dos esquinas de la corporación policíaca municipal.

En audiencia de control de detención, imputación y vinculación, el juez Luis Armando Mendoza Casanova procedió contra los hermanos por el delito contra la salud en su modalidad de narcomenudeo en la variante de posesión con fines de comercio del narcótico denominado cocaína en su presentación de polvo y piedra.

Mendoza Casanova les impuso las medidas cautelares de firmar los primeros cinco días de cada mes; no salir del país, y someterse a vigilancia, por todo el tiempo que dure el proceso.

Estableció el tiempo de cierre de investigación complementaria en un mes.

El 3 de agosto, alrededor de las tres de la madrugada, estos hermanos, encontrándose en la calle 58 entre 55 y 57, se hallaban en posesión de de varias bolsitas de coca en polvo y “piedra”.

Dicha posesión era con la finalidad de comercializar el narcótico, pues a través de una llamada anónima se dio la información que los imputados se encontraban en el interior de un antro para vender drogas allí y en las inmediaciones de dicho bar.

Al constituirse a dicho lugar, agentes de la Secretaría de Seguridad Pública localizaron a los sujetos enfrente del bar y al catearlos, les encontraron el narcótico de referencia, así como también 3 billetes de 50 pesos.