Rollo:El Boffas
Dicen por allí, en la tierra de Felipe Carrillo Puerto, que Motul no ha dejado de padecer cáncer. Quizá sea un tanto exagerado. Pero, de hecho, las dos anteriores gestiones y la actual tienden, por lo menos, a ser tumores que distan de ser totalmente benignos.
Los recientes acontecimientos en Motul y, previo al primer informe de Roger Aguilar Arroyo, apenas el sábado pasado, sobre todo cuando “El Zorro” Arroyo trató de hacerse el chistoso al momento de que una damita le pidió apoyo para mejorar su casa y éste le respondió que mejor se buscara un macho que la mantuviera (¿se pasó de mamilas o de misógino?), evocaron en cientos de personas a los últimos dos ediles, los cuales también hicieron gestiones con tintes melodramáticos.
Por ejemplo, hace seis años, al priísta Julián Pech, entonces alcalde motuleño, le arrojaron tomates por los habitantes debido a su trabajo, considerada pésima, y al tratar de imponer a su esposa como su sucesora. Al no lograrlo se fue de las filas del PRI y se refugió en el Verde Ecologista.
Posteriormente, entró uno de los peores alcaldes que ha tenido la tierra de Felipe Carrillo Puerto: el panucho Vicente Euán Andueza, cuya administración se hizo famosa y polémica por sus plantones, el robo del niño Dios en pleno parque principal y cuando vendió bolsas, a 15 varos, con retazo con hueso. De allí se ganó el nombre del “vende-huesos”, amén del “Hielerito”, ya que también tiene un negocio de hielo en cubos.
Y cuando parecía que después de Euán Andueza no había algo peor, se apareció el priísta Roger Aguilar. Y no tardó en demostrar mucho su “pericia”: en una ceremonia a la que acudiría el gobernador Mauricio Vila Dosal, “El Zorro” mandó cambiar las letras del monumento a Carrillo Puerto, supuestamente limpiarlas y pulirlas, pero al ser colocadas nuevamente en vez de Carrillo se tragaron una “r”, o sea, quedó tal cual: “Carillo».
El tipo también es recordado por su mensaje a través de su cuenta de Facebook, hace unos meses, donde hacía gala de su trusita rota y chance hasta piteada; acostado en su hamaca, pateando la pared y pensando en comer frijol con huevo y pan francés.
Pero las “pentontadas” de “El Zorro” no paran ahí. Durante su primer informe ordenó a su jefe policíaco que colocara varios filtros de seguridad en diferentes puntos cercanos al palacio para evitar cualquier tipo de alteración que afectara su rollo, el cual sirvió para dos cosas: para nada y para una chin…
De hecho, dos mujeres que se acercaron para gritarle que no dijera mentiras, fueron desalojadas por agentes policiacos. Pues, ¿a qué le temerá el alcaldito?
Y es que, en realidad, Roger Aguilar Arroyo, no tenía nada qué informar. Dejó en el olvido los discursos con grandes obras que presumían las administraciones anteriores (si es que tenían) t sólo se dedicó a agradecer a sus directores. No informó sobre las finanzas del municipio ni cómo invirtió los recursos que le han llegado del Estado y de la Federación.
Cierto, habló de programa que ejecuta el gobernador Mauricio Vila donde se le otorgaron algunas acciones de viviendas. Pero, también hay polémica, porque se comenta que el Alcalde ha manejado a discreción esta ayuda para sus allegados y también para presionar políticamente a sus adversarios, pero no para la gente que lo necesita.
Y la banda de Motul se pregunta: ¿hasta cuándo los motuleños podrán tener un alcalde de respeto, confianza y que no se deje manipular por sus lambiscones más cercanos?
Amiguitas y amiguitos, ya saben: sugerencias para que se repitan más episodios de “El Zorro” como el de su trusita rota y piteada, enviarlas a [email protected] y/o [email protected]