Las viudas de extintos pescadores de este municipio costero, que estaban «dados de alta» en el programa de empleo temporal por la Veda del mero, se quedaron ayer con las ganas de cobrar el primer pago de 770 pesos y recibir su mercancía.

Fueron cerca de 20 mujeres, entre ellas Beatriz Peña, Angélica Solís, Yolanda Aké y Elsy Castilla Aldana, quienes con los nombres de los beneficiarios ya fallecidos y números de registro, habían cumplido con su respectiva faena (aunque sea después de enterrados).

Sin embargo, los encargados estatales se disculparon y les dijeron que ya no figuraban en la lista, al no estar activos, por lo que el dinero y mercancía “nanay”. No se sabe si fue falta de coordinación, pues las señoras insistían que habían sacado su talacha mostrando el comprobante y ni con la presencia de la alcaldesa Yulma García pudieron hacer presión para recibir los apoyos. Incluso las amas de casa pidieron que, aunque sea este 2019 el último cobro, y después les den de baja.

De igual forma, en Hunucmá varios hombres de mar fueron «rasurados» en la nueva lista. Los ribereños amenazaron con boicotear el pago, aplicando el refrán «o todos hijos o todos entenados», ya que su molestia fue que hay quienes aparecen como supuestos pescadores de la cabecera municipal cuando realmente no lo son.

Finalmente, la Policía Municipal les dio garantías a los funcionarios en apoquinar la lana y canasta básica a los beneficiarios.