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Como si fuera ayer: de mal en peor

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Como si fuera ayer: de mal en peor

Rollo: Celia V. Franco C.
“No hay peor ciego que el que no quiere ver”, reza un dicho popular que, como todos, está cargado de sabiduría y que en estos momentos aplica perfectamente a la situación que vive el PRI en Yucatán, aunque muchos de sus militantes se encuentren precisamente en negación absoluta.

La actual directiva está integrada, en su mayoría, por gente que trabajó para los priístas que llevaron al colapso a dicho partido político en las elecciones pasadas y que ahora operan bajo el radar pero que, en realidad, todo indica, no han soltado los hilos del poder.

Personajes estrechamente ligados a Víctor Caballero, Rolando Zapata y Sergio Vadillo, quienes durante seis largos años dirigieron, tronaron dedos y acomodaron a su antojo, se encuentran hoy insertados en las entrañas del PRI estatal.

Francisco Torres Rivas, mejor conocido como “Panchito”, al parecer ha quedado nulificado o tal vez aturdido por tantas “buenas sugerencias” que recibe de los incrustados en la organización o tal vez de las llamadas telefónicas de quienes fueron la cúpula. Lo que es una verdad es que desde afuera se ve como si viviera en una burbuja de cristal desde donde ve únicamente lo que quiere.

Algunos de sus colaboradores cercanos se excusan diciendo que su partido es democrático y que toda decisión se tiene que consultar con los consejeros. Mi pregunta es: ¿desde cuándo? Pues en los 20 años que llevo reporteando en los diferentes escenarios políticos, en el tricolor quien aporrea la mano y fija el rumbo es el presidente, eso claro, si el gobernador es de un partido diferente. Sería bueno que recuerden que quien olvida el pasado está condenado a repetirlo.

Hoy por hoy la desintegración del PRI es más que evidente y como ciudadana de verdad creo que sería una pena que una institución política como el Partido Revolucionario Institucional (PRI) desapareciera, pues fue y puede seguir siendo una arista importante de la política mexicana, siempre y cuando logren volver a su esencia, renovarse y dejar a un lado las tranzas y los agandalles.

Como en todos lados, en el PRI militan personas comprometidas con la razón social de dicho partido que realmente quieren contribuir y mejorar tanto la política como la realidad yucateca y mexicana. Lamentablemente han sido aplastadas, puestas de lado y silenciadas. Lo peor es que el presidente se niega a aceptarlo.

Lástima de “Panchito”. Pintaba para ser quien removiera las aguas pantanosas que dejaron los anteriores autoproclamados salvadores que, al final, sólo terminaron hundiendo más su ya mal dañado barco.

En fin, muchos dirán que sólo escribo para criticar, pero lejos de eso, estas líneas son un llamado de atención para quien lo quiera escuchar y enterarse cómo se ven las cosas en realidad desde lejos. Si es que a alguien le interesa, sino Morena está en la espera de la desbandada que se avecina.