Rollo: Celia V. Franco C.
En el día a día perdemos de vista muchas cosas. Algunos son pequeños detalles que no cambiarán en nada el contexto de nuestra vida; otras son cosas de severa importancia, cuyos actores no quieren que se muestren para así poder manejarlas a su beneficio. Es por eso que resulta muy importante, no solo ver, sino analizar.
Y no, no es una teoría de la conspiración, es simple costumbre. Así se han hecho las cosas desde siempre, la única diferencia es que ahora tenemos acceso a la información de manera instantánea y hay quien se atreve a decir lo que en realidad sucede, aunque eso no siempre importa a quien jala los hilos.
Por ejemplo, los diputados locales hacen fiesta y gran alharaca por haber aprobado que toda la papelería (que se supone debe ser reciclada, y según ellos mismos promovieron en la legislatura anterior y de la cual hablaremos unos párrafos abajo) lleve la leyenda que son “la legislatura de la paridad de género”.
Como si aquello fuera una gran hazaña, aunque en ningún lugar han aprobado alguna acción determinada que promueva de manera permanente la paridad de género; hay que recordarles que el papel aguanta todo.
Ayer, el mero mero dijo en tribuna: “Hay que dejarlo para la historia, mi voto a favor es con convicción y me enorgullece ser parte de esta Legislatura” (SIC). Y entonces surge la pregunta: ¿no le enorgullece defender los derechos humanos? Porque se ha filtrado por ahí que es él quien está jalando los hilos para que sus compañeros de bancada voten en contra de una iniciativa que promueve el derecho igualitario de la unión legal.
Lo peor es que lo hace por mantener el favor político de unos pocos y por demostrar que todavía tiene el control de su bancada, pues luego de que unos diputados inteligentes e íntegros votaron diferente a él en diciembre, se le vino encima una cascada de dudas y señalamientos que busca, a como dé lugar, revertir, aunque eso signifique atropellar algo tan importante como los derechos humanos. Aún siendo de una minoría también son personas y sus derechos deberían ser prioridad.
Arriba le comentábamos sobre el compromiso que asumieron los diputados de utilizar lo menos posible, si no es que nada, utensilios desechables, como vasos, platos, botellas pequeñas de agua, ya sabe, PET; sin embargo eso se quedó en el papel y en el pleno, pues ahí les sirven sus bebidas en tazas y vasos de cristal, pero a sus oficinas les llevan botellas de plástico. Por decir solo son algunos de los “detallitos” incongruentes en el Congreso local.
Pero también hay sus cosas buenas que dejamos pasar sin analizar. Por ejemplo, el martes de carnaval, el alcalde Renán Barrera Concha se trasladó a X´Matkuil en camión, hizo fila y toda la cosa. Lo que llamó la atención es que el asunto pasó desapercibido.
Y usted me dirá: ¿Y qué tiene de importancia? Pues que no es época electoral, no es momento de buscar reflectores, además que nunca, sí, ¡nunca!, ninguna autoridad se había echado alguna ruta completa.
Entonces, ¿qué quiere “Reni”? Pues yo creo que, por lo pronto, lograr que los ciudadanos se sientan escuchados, saber cuáles son sus quejas principales para poder buscar una solución, pero sobre todo que sepan que está cerca de ellos.
¿Para qué? Bueno pues eso aún es muy pronto para poder decirlo. Pero buena onda que es un político que ya entendió que las cosas han cambiado.