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Y la culpa nunca es tuya…

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Y la culpa nunca es tuya…
91205157. México, 5 Dic 2019 (Notimex-Romina Solis).- El colectivo Feminista de la Facultad de Derecho de la UNAM realizó el performance denominado "El violador eres tú", en contra de la violencia de género, frente a las instalaciones de la Rectoría. Ciudad de México, 5 de diciembre de 2019. NOTIMEX/FOTO/ROMINA SOLIS/RSF/HUM/

Por Celia Franco

“Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía… el violador eras tú”, es una estrofa que ha retumbado en mi cabeza desde varios días, pues se ha convertido en un cita popular utilizada por mujeres de todo el mundo para concientizar que la violencia de género nunca es culpa de la mujer.

Con todo esto se ha desatado una guerra de opiniones, muchas en contra, algunas a favor, pero lo que nadie puede negar es que la escalada de violencia contras las mujeres va en aumento, sin importar raza, condición social, preferencia sexual o edad.

Tampoco tiene nada qué ver la forma en que una decida vestirse; quien está enfermo buscará la forma de abusar, de violentar, de humillar, algo en su cabeza no funciona bien y cualquier mujer es un blanco perfecto para liberar sus descarriados deseos.

Sí, también concuerdo en que este es el mundo real y que todavía nos falta mucho por caminar y que si queremos que la violencia en nuestra contra disminuya debemos guardar ciertos cánones sociales de convivencia. Y que quede claro: lo mismo hombres que mujeres; no es una cuestión de género sino de humanidad.

Recuerdo que cuando era niña (hace ya por lo menos tres décadas) y el marido golpeaba a su mujer era casi aceptado por la sociedad; las violencias se ocultaban, nadie hablaba de ellas para evitar la “vergüenza”. ¿Qué pasaría con la familia si se llegara a saber que uno de sus miembros había sido deshonrado? Y si el abusador era algún miembro de la misma, entonces tachaban a la víctima de mentirosa.

Y ni hablar de los comentarios misóginos que eran cosa de todos los días en todos lados. Había una gran cantidad de bromas sobre las enfermeras y los doctores o de las secretarias y sus jefes, todos sobajando a las mujeres y venerando al hombre.

De un tiempo acá (no tiene ni 15 años) las mujeres se han cansado de ser el basurero de la sociedad machista y han comenzado a levantar la voz, a pedir leyes que las protejan para que la condición de nacer mujer no sea nuestro castigo y mucho menos que se traduzca en la violencia que vivimos a diario, dentro o fuera de las puertas de nuestro hogar.

“El estado violador es un macho opresor…”, es otra de las frases de la canción que se ha convertido en un himno mundial y que esto sea así se debe en gran parte precisamente a que no hay mujeres en los cargos de los diversos poderes con capacidad de tomar acciones, cosa necesaria para que los cambios puedan comenzar a ser reales.

Pero también creo fervientemente que gran parte de la responsabilidad la tenemos en casa, debemos de comenzar a educar con amor, con respeto sin imponer obligaciones por ser el hijo o la hija. Que nuestros hijos nos vean como seres humanos, que cometemos errores, pero nunca tenemos el afán lastimar a nadie, así aprenderán de empatía y podrán ponerse en el lugar de otra persona.

Hace unos días, mi hijo de 17 años de edad me dijo: mi sueño es que un día vivamos en una ciudad en donde no tenga que haber un estacionamiento rosa para que las mujeres estén seguras y eso me hizo entender que ellos tendrán el poder para cambiar la realidad. Démosles las herramientas necesarias para que lo logren. Será en beneficio de todos.