El futuro de las inversiones, del empleo, de la pujanza industrial de Yucatán está en juego, porque hoy se sabrá el sentido de la sentencia de la revisión de amparo por la manifestación de impacto ambiental de la granja Papo del municipio de Homún, que definirá también el rumbo que podrán tomar otras empresas que tienen proyectos millonarios para la entidad.

Empresarios consultados reflexionan sobre la granja de Homún y otros proyectos detenidos como parques eólicos, y señalan que la porcícola Papo es un tema insignia y que les preocupa mucho.

¿Por qué es importante el tema de granjas Papo? Porque es un proyecto que cumplió con los requerimientos ambientales y legales para establecerse. Entonces, si habiendo cumplido los inversionistas, unas personas dueñas de cenotes abanderados por el grupo Indignación se movilizan y usan artimañas para dilatar el funcionamiento de la empresa, entonces el día de mañana lo pueden hacer arbitrariamente con otras industrias.

Son numerosos los empresarios que están preocupados por las implicaciones del caso de granjas Papo para Yucatán, que aún sigue en tribunales pese a cumplir con todos los requerimientos de ley.

Hoy a las 10 de la mañana en el Tribunal Colegiado en Materia del Trabajo y Administrativa del Decimocuarto Circuito del Poder Judicial de la Federación de esta ciudad se debe dar la sentencia de la revisión del amparo promovido por un grupo de habitantes de Homún contra la manifestación de impacto ambiental.

La decisión de los juzgadores será fundamental para el futuro de las inversiones en Yucatán.

De resultar favorable la sentencia, porque se comprueba que la granja cumple todos los estándares internacionales de cuidado del medio ambiente, es menester que se cumpla la resolución y que la parte inconforme atienda que así como fue escuchada en su momento, ahora debería demostrar madurez y respeto a los dictados de la autoridad.

Si granjas Papo no contamina y todo está en orden es peligroso que un grupo se sienta con la capacidad de cerrar a la mala una inversión y que, por consecuencia, en Yucatán se genere incertidumbre para las inversiones locales y foráneas.