Rollo: Jorge Moreno
Es normal que a lo largo de nuestras vidas podamos tener una mala racha relacionada con dinero, salud o amor; sin embargo, ¿cuánto es lo normal? Quizás para algunos, un mes “apretados” en gastos sea algo aceptable, pero ¿qué pasa cuando eso tarda diez años?
Hoy les presentamos el caso de una persona oriunda de Mérida, y que gracias a que es asiduo lector de esta sección pudo darse cuenta que lo que le sucedía no era algo común:
“Desde finales de 2009 me empezó a ir mal, me despidieron de mi trabajo y tardé casi seis meses en encontrar otro; en ese entonces, pensé que esto era algo que le podía pasar a cualquier persona, y tardé casi diez años en abrir los ojos”, explicó.
Ya con más detalle, señaló que hasta aquel año se podía decir que era una persona exitosa, ya que tenía casa propia, auto de modelo reciente, sus dos hijos iban a escuelas particulares y su esposa no tenía necesidad de trabajar, pues con el sueldo que tenía en una empresa de venta de electrodomésticos era más que suficiente.
Sin embargo todo se derrumbó en noviembre de 2009, cuando lo despidieron sin un motivo aparente: “Nunca he sido una persona conflictiva y como me dieron mi liquidación conforme a la ley lo dejé así, le vi el lado positivo; por desgracia pasaron seis meses para que encontrara trabajo, y en ese lapso se gastó todo mi dinero y tuve que recurrir a préstamos.
“Pero en los siguientes años fue un peregrinar de empleo tras empleo, pues en ninguno me quedaba más de tres meses, por más ganas que le echaba me despedían; estuvo en nueve negocios diferentes hasta que decidí junto con mi esposa poner un puesto de tacos y de perros calientes en la casa; esa fue mi perdición, no se paraban ni las moscas y salimos más que quebrados.
“Por si fuera poco comencé a enfermarme con mucha frecuencia, cuando antes nunca me pasaba, tuve problemas con mis hijos, ambos se fueron de la casa y estuve a punto de divórciame de mi esposa.
“No entendía por qué si trabajando hasta 16 horas al día me iba mal o me descontaban mermas en donde trabajaba, o se me perdía el dinero, o me salían gastos imprevistos; el caso es que nunca tenía dinero, a veces tenía que irme caminando al trabajo porque no tenía ni para el camión.
“Fue hasta principios de este 2019 cuando me di cuenta que todo esto podría ser parte de un embrujo o salación; antes no creía en esto, o más que no creer, era algo nuevo para mí, trataba de negar que toda mi mala racha fuera por culpa de hechicería.
“Mi esposa me convenció para hacer una consulta a través de una velación y fue así como pude descubrir que tenía dos trabajos de brujería que me estaban haciendo, pero el esoterista al que consulté me estaba cobrando demasiado dinero (más de ocho mil pesos). Pasaron algunos meses para que yo me diera cuenta que esto en realidad no es tan caro, pues mandé un correo electrónico a esta sección de Enigmas y me sorprendí cuando me dijeron que la curación y protección era mucho más económico y garantizado. Consideré que no perdía nada en intentarlo y a cuatro meses de haber solicitado mi curación ya me siento mucho mejor físicamente, ya tengo un trabajo estable, se acabaron los problemas con mi esposa, y bueno, tras diez años de sufrimiento ya puedo ver la “luz”, finalizó.
Cabe mencionar que para saber si una persona tiene una salación se usa un método muy sencillo (aparte de las velaciones), ya que se ponen unos cuarzos ritualizados en la casa, y si al cabo de 48 horas estos se oscurecen, significa que hay un embrujo ahí, dependiendo de qué tan oscuro quede el cuarzo será el grado de intensidad del hechizo.
Como una promoción especial para todos los lectores, obsequiaré diez de estos cuarzos a las primeras diez personas que manden un mensaje de texto o de whatsapp al número (999) 1851703 con la leyenda “lo leí en de peso cuarzo”; en caso de que no seas de los primeros diez, también los tendremos a mitad de precio, para que así, de una forma rápida y sencilla puedas saber si en realidad estas siendo víctima de una salación o embrujo.