
Luego de un año de investigaciones y diligencias judiciales, quedó acreditado que el empresario inmobiliario Don Armando Palma Peniche nunca estuvo secuestrado, como lo aseguraron sus hijos mayores, Armando y Malena Palma Vargas, en una denuncia interpuesta en junio de 2024 contra su hermana Hevenly.
Don Armando, de más de 80 años y ampliamente conocido por su trayectoria en el ramo inmobiliario en la península de Yucatán, fue señalado falsamente de estar retenido en contra de su voluntad en el fraccionamiento Country Towers, donde residía bajo el cuidado de Hevenly Palma Vargas, a quien el propio empresario considera “la pupila de sus ojos”.
Desde mayo del 2024, los hermanos mayores solicitaron órdenes de protección a favor de su padre, sin embargo, el propio Don Armando expresó al actuario del juzgado que se encontraba “feliz y bien atendido”, asegurando que su hija Hevenly era la única dedicada y afectuosa con él: “De tonto me voy de mi casa si mi hija me trata como un rey”, declaró.
Durante el periodo en que supuestamente estuvo retenido, Don Armando realizó vida pública y privada de forma ostensible: acudió a restaurantes, centros comerciales, eventos oficiales, firmó documentos empresariales y fue incluso a votar en la jornada electoral de junio de 2024. Además, recibió visitas frecuentes de familiares, amigos y ejecutivos, contando en todo momento con atención médica especializada organizada por Hevenly.
A pesar de estos antecedentes, el 10 de junio del 2025 se realizó un operativo judicial, con uso de fuerza y con una orden de cateo emitida con inusual rapidez, mediante el cual fue sustraído de su domicilio en Country Towers. El operativo incluyó la ruptura de cerraduras y candados, sin considerar la voluntad del empresario ni su condición de salud.
Como resultado de esta intervención, se le prohibió a Hevenly acercarse a su padre, aunque ella ha sido quien coordinó el equipo interdisciplinario que atendía su salud física y emocional. A la fecha, no ha podido asistirlo personalmente, lo que ha generado preocupación por el deterioro de su estado de salud.
En marzo del 2025, el Ministerio Público concluyó el caso dictando el No Ejercicio de la Acción Penal, al confirmar que no existió delito alguno. Don Armando siempre estuvo en uso pleno de su libertad, sin pruebas que sustentaran los delitos de violencia familiar o privación ilegal de la libertad.
Este conflicto familiar, arrastrado por más de dos décadas, ha estado marcado por celos, rencores y múltiples acusaciones. Incluso, en una audiencia judicial, Don Armando pidió expresamente a sus hijos mayores:
“Ya déjenme en paz… ya me tienen hasta la madre y son unos ruines”.
El caso también dejó entrever presuntas irregularidades judiciales, como la imposición de medidas cautelares que limitaron injustificadamente la disposición de sus bienes, prohibiéndole donar o modificar fideicomisos, lo cual fue considerado por sus allegados como un acto arbitrario y desproporcionado.
Hoy, la familia Palma Vargas continúa envuelta en una disputa que ha trascendido lo privado, pero los hechos y las resoluciones legales desmienten tajantemente que Don Armando Palma Peniche haya estado secuestrado, como aseguraron sus propios hijos.
Un amigo cercano reafirma que Don Armando nunca estuvo secuestrado
Gerardo Rodríguez Cámara, amigo cercano de la familia Palma Vargas desde hace cinco décadas y colaborador del empresario Armando Palma Peniche por 46 años, desmintió categóricamente que el fundador de Promotora Residencial haya estado secuestrado. Aseguró que Don Armando eligió por voluntad propia vivir en el fraccionamiento Country Towers acompañado de su hija Hevenly, quien ha velado por su salud y bienestar.
“Hay fotografías y testimonios de que el ingeniero asistía a desayunos, convivía con excolaboradores y llevaba una vida normal. Hace apenas dos meses, desayunamos con él en el Remate de Paseo de Montejo”, relató.
Rodríguez Cámara lamentó el operativo con uso de fuerza realizado el 10 de junio para sustraer al empresario de su residencia, señalando que se expuso innecesariamente a una figura emblemática del desarrollo económico de la Península. Presente durante los hechos, denunció que “las publicaciones no reflejaron la realidad” y recordó que Don Armando siempre manifestó predilección por su hija Hevenly, a quien consideraba su sucesora natural en la empresa.
Además de su trayectoria empresarial, Rodríguez subrayó el compromiso social de Don Armando, quien impulsó programas de apoyo a comunidades vulnerables, fundó la organización “Educar para Producir” y promovió proyectos productivos en municipios como Cuzamá. “Siempre ha sido un hombre de familia y Hevenly ha sido su motor”, concluyó.