Rollo: Celia V. Franco C.
Antes todo era más fácil, incluyendo ir a la chamba y a estudiar. Para empezar, las vacaciones de verdad eran dos meses completos y todas las escuelas salían parejo, no que ahora unas salen en mayo, otras en junio y otras más en agosto. Por supuesto que también todos los chamacos regresaban a las aulas parejos: el primer lunes de mes.
No recuerdo si el gobierno y la UADY tenían algún tipo de acuerdo o era simple sentido común pero todos los estudiantes, desde kínder hasta licenciaturas, salían y entraban iguales, de esa forma había más oportunidades para que las familias pasaran el tiempo juntas.
Los empresarios también tenían gane pues contaban con más tiempo para vender; los restauranteros ni se diga y los hoteleros, literal, hacían su agosto. Conseguir un espacio en la playa para la “temporada” era cosa seria.
Una vez de regreso a clases era cosa de una semana para que los uniformes y libros quedaran al tiro, en poco tiempo ya estábamos estudiando como si nada. Realmente era algo tan común que no nos detuvimos nunca a pensar en lo maravilloso y fácil que era todo.
Ahora los chamacos salen de vacaciones en diferentes tiempos y regresan hasta con un mes de diferencia, eso complica las cosas para todos, pues los papás que tienen hijos en diferentes niveles educativos, en muchas ocasiones tienen que cortar las vacaciones porque alguno de ellos comienza el curso antes que los demás.
Y ni hablemos de la repartición de libros. Todavía hace unos días, el gobernador del Estado, Mauricio Vila Dosal, hizo una petición a las autoridades federales de educación para que enviaran todos los libros de texto que faltan en el nivel de secundaria, pues ya llevaban varios días de clases y no todos los chavitos yucatecos tenían el material necesario.
Sin duda las cosas cambian y no todas para bien. Ojala que las autoridades de los distintos niveles agarren la onda y se pongan las pilas, pues eso sólo beneficiará a las familias yucatecas.
Sería muy bueno que el rector (Pepe Chucho Williams) de nuestra benemérita y “autónoma” (entre comillas porque bien que recibe su dinerito del gobierno) Universidad de Yucatán, agarre la onda y adapte, aunque sea un poco su calendario de clases, para que todos puedan disfrutar de los periodos vacacionales en familia y de paso echarles una manita a los empresarios.
Por ahora, a disfrutar del primer puente del año escolar y a llenarse de pozole en espera que los que mandan dejen de ver únicamente sus intereses.