En el estado de Hidalgo, el fuerte aumento de los casos de coronavirus obligó a las autoridades a declarar semáforo Rojo, restringiéndose la venta de bebidas alcohólicas, por ser producto no esencial, y prohibiéndose la apertura de bares, cantinas y establecimientos de este tipo.
Pero los borrachos son muy ingeniosos, ya que en un local comercial de Pachuca se descubrió un bar clandestino, al cual se accedía metiéndose por un refrigerador falso, que no era más que una pantalla para disimular la entrada.
Sin embargo, las autoridades fueron más “avispas”, y el sitio fue descubierto, se clausuró y se retiró a los cerca de 25 parroquianos que bebían cerveza quitados de la pena, de forma totalmente clandestina y sin medida de prevención alguna ante el coronavirus.
El método fue ingenioso, pero inefectivo. En la parte trasera del establecimiento había un refrigerador, pero al abrirlo no se encontraba uno con botes de yogurt llenos de frijoles, sino con un acceso a un bar clandestino.
La Presidencia Municipal de Pachuca dijo no saber desde cuándo funcionaba este espacio clandestino, pero se averiguó que funcionaba prácticamente todo el día y hasta la madrugada, convirtiéndose en un espacio de potenciales contagios.
Tras desalojar a los clientes, se procedió a colocar los sellos de clausura, y ante el ingenio de los borrachos para seguir bebiendo, las autoridades indicaron que se reforzarán los operativos.
