En el año 2013, las autoridades liberaron a Rafael Caro Quintero, quien había pasado 28 años tras las rejas acusado del asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena. Aunque dijo que no regresaría a los negocios ilícitos, al paso de los años eso cambió y ahora está en guerra con otros grupos delictivos por la plaza de Sonora.
El 18 de mayo de 2020 habría sido su “regreso oficial”, pues sobre la carretera a Caborca, Sonora, aparecieron dos cuerpos descuartizados con el siguiente mensaje: “A la gente de la costa se le informa que somos gente de Caro Quintero, esta plaza nos pertenecía y ahora todos aquellos productores, comerciantes y mineros de la región tendrán que pagar plaza”.
El narcotraficante fue liberado 12 años antes de lo esperado. En agosto de 2013, un tribunal colegiado ordenó que lo dejaran en libertad, alegándose que Enrique Camarena, asesinado por Caro Quintero en Guadalajara en febrero de 1985, nunca estuvo adscrito al servicio exterior estadunidense.
Eso refería que Caro Quintero debió ser juzgado por un delito del fuero común y no federal, así que ya habría cumplido la condena correspondiente de 28 años, y recuperó su libertad.
PROMETIÓ NO VOLVER A LOS «MALOS PASOS»
Entonces se trasladó de inmediato al municipio de Matachí, en Chihuahua, donde lo esperaba su última esposa, Diana Espinoza Aguilar. Asimismo, hizo del conocimiento del gobierno y de la delincuencia organizada que no pretendía regresar a los negocios ilícitos.
Pese a ello, la entonces Procuraduría General de la República (ahora Fiscalía) apeló la decisión de haber puesto en libertad a Caro Quintero, ahora de 69 años de edad.
En enero de 2015, la PGR lanzó una orden de aprehensión contra él, y huyó de Chihuahua a Surutato, Sinaloa, con apoyo de “El Mayo” Zambada, de donde nuevamente escapó por la persecución de las autoridades, llegando a El Batamote, también en Sonora, de donde una vez más tuvo que escapar.
Luego de reorganizarse con otros grupos y subalternos, formó el Cártel de Caborca, que hizo su aparición en 2020, como ya mencionamos, y poco a poco ha recuperado el terreno que tenía Caro Quintero en los años 80, pero eso ha desatado la violencia.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 2018 se registraron 25 homicidios dolosos en Caborca; un año después, la incidencia subió a 32; en 2020 se disparó a 127, y hasta septiembre de este año van 92 asesinatos.
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