Con paso lento y tiritando de frío, aun sin clarear el día, Elizabeth Cruz Hernández no falta a su cita diaria al deportivo Emiliano Zapata, ubicado en el municipio de Ixtapaluca, Estado de México, una cita para iniciar el entrenamiento diario que la ha llevado a conocer otros países que nunca había imaginado.
Pocos saben que, esa cita que tiene a diario se la debe a una mala jugada que le dio su actividad de ser modista durante 30 años, actividad que al cargar los rollos de tela le fueron afectando su espina dorsal al grado de dejarla imposibilitada para caminar, algo que la lleno de miedo al no poder mover sus piernas durante un viaje al puerto de Veracruz.
Tras largos análisis y exámenes médicos, y el traslado al Hospital Central Militar en la ciudad de México, los médicos concluyeron que era necesaria la operación en su espina dorsal, bajo la advertencia de que ya no iba a poder caminar.
“Entonces yo le dije al doctor, usted haga su trabajo, écheme cuchillo y yo hago mi parte, usted como médico haga lo de usted y yo me voy a enfocar a lo mío. Me operan y pasa el tiempo y yo no sentía las piernas o sea realmente no sentía las piernas”, aseguró Elizabeth.
El momento clave
Tras siete meses postrada en una cama, prácticamente sin moverse decidió darle una batalla a su destino, una batalla contra el dolor y la inmovilidad de su cuerpo; meses donde pensó que su vida había llegado a su fin y quedaría de manera permanente postrada en su cama o en una silla de ruedas.
“Llega un momento en que empiezo las rehabilitaciones y yo lloraba de los dolores, yo lloraba muy feo y me dice uno de mis hijos mamita, pues si le duele no haga usted los ejercicios y yo le dije a mi hijo, mira yo prefiero llorar ahorita que llorar toda mi vida”.
Y así fue, lágrimas de dolor en cada movimiento de articulaciones, lágrimas a cada paso que daba. Con el paso del tiempo, las terapias y la perseverancia logró su objetivo. Pasos cortos que la condujeron al deportivo Emiliano Zapata que tiene su pista de tartán.
“Yo me salí a un deportivo y me salía yo con las muletas a caminar a caminar a caminar y después cuando vine a ver, dejé las muletas y empecé en el deportivo a dar vueltas y a trotar y trotar y cuando yo vine a ver una amiga me invito a correr y me dijo que, si yo quería correr y yo le dije, es que no estoy aquí por el deporte”.
Por fin empezó a ‘volar’
Esa invitación le abrió las puertas a caminar y después a volar. Tras dos años de tratamiento, de resonancias magnéticas 2 veces al año (dependiendo de la cita médica) masajes terapéuticos, la han llevado a representar a México en competencias de atletismo en la rama master.
“A raíz de un año para acá empecé en el campeonato estatal, regional, nacional y bueno hoy en día represento a mi país, fui a competir a Málaga, España cuando yo viví esa experiencia creo que es lo más hermoso que más me ha pasado, el competir, fuimos 101 países, 9 mil atletas ahorita estoy entre las en diferentes lugares tengo el lugar 17, el lugar 35 y el lugar 50 a nivel mundial”.
Actualmente Elizabeth Cruz Hernández, alterna sus entrenamientos con su trabajo de modista en su taller que, al decir de ella, el deporte master no es apoyado y debe de trabajar para entrenar.
A pesar del apoyo que le da el Instituto Mexiquense de Cultura Física y Deporte, (Imcufide), únicamente en el tema de transporte, debe de trabajar para sufragar sus gastos de entrenamiento (pago de entrenador, alimentación, vestimenta, complementos alimenticios, transporte público) para poder representar a México en competencias internacionales.
(Info y fotos tomadas de excelsior)