Un reciente análisis de datos sobre embarazos en niñas y adolescentes en México ha generado enorme indignación en redes sociales, al poner en evidencia casos alarmantes de abuso infantil.
El estudio fue compartido por la cuenta de ‘X’ @lapanquesita, administrada por una analista de datos y divulgadora científica. A través de dos tablas, la especialista evidenció un patrón persistente y perturbador: niñas de tan solo 10 años que ya han sido madres, la mayoría como resultado de abusos cometidos por adultos mucho mayores.
Las tablas difundidas muestran los 30 casos más extremos de nacimientos en los que las madres son menores de edad. Llama la atención que tres de estos casos corresponden a niñas de apenas 10 años, en entidades como el Estado de México, Chiapas y Guerrero.
Lo más alarmante es que, en la gran mayoría de los casos, los padres de los bebés tienen entre 30 y 50 años. En uno de los ejemplos más extremos, una niña de 12 años del municipio de El Oro, en el Estado de México, fue madre de un bebé cuyo padre tiene 65 años, lo que representa una diferencia de 53 años entre ambos.
La otra tabla incluida en el análisis muestra los casos con mayores diferencias de edad entre padres y madres. En San Luis Acatlán, Guerrero, se documentó el nacimiento de un bebé cuya madre tiene 16 años y el padre 85, una diferencia de 69 años.
UN PROBLEMA REAL EN MÉXICO
Estos casos, aunque estremecedores, representan apenas una parte del problema estructural de abuso sexual infantil que persiste en muchas comunidades del país. Especialistas advierten que en algunas regiones aún se «normalizan» o incluso se permiten prácticas que implican relaciones entre niñas y adultos mayores, bajo usos y costumbres o por falta de intervención institucional.
El análisis ha servido para visibilizar un fenómeno que, aunque conocido, sigue sin recibir la atención urgente y profunda que merece por parte de las autoridades.