Si el tierno Barney, el dinosaurio morado, fue tu personaje favorito cuando eras niño o niña, tal vez no querrás saber lo que sucedió después con el hombre que daba vida a ese muñeco.
Podría ser traumático, así que tal vez no debas seguir leyendo esta nota.
David Joyner es quien durante 10 años dio vida a Barney y acompañó las mañanas de muchos menores desde 1991 hasta 2001. Él contaba que ser Barney nunca fue fácil, ya que la botarga tenía su chiste, era casi como ser ciego, ya que solamente veía por un pequeño hueco en la boca.
«La cabeza no sale, ni se mueve. No se pueden hacer expresiones faciales. Solo podía ver un poco, a través de la boca de Barney. Y cuando la boca de Barney estaba cerrada no podía ver nada. Así que lo que hacía era caminar por mi departamento como si estuviera ciego. Cerraba los ojos e intentaba sentir la energía en general y de todo lo que me rodeaba. Y luego intentar recoger cosas».
La vida de Joyner siguió dentro de la actuación, pero ya no en el personaje de Barney e incluso dio vida a otra botarga, llamada ‘Hip Hop Hary’, aunque ninguno se va a comparar a lo que el gran dinosaurio morado representó para él.
«Barney fue hermoso. Barney fue muy, muy bueno conmigo. Amaba ser Barney. Amaba todo sobre ser Barney. Pero ese capítulo se acabó.
El cambio drástico
¿Estás seguro de que quieres seguir leyendo esta nota? Bueno, pues David, hoy de 59 años, tiene alrededor de 30 clientas, todas ellas mujeres, a quienes llama “diosas” y a quienes cobra 350 dólares (unos 310 euros) por sesiones de masajes con ‘final feliz’.
Se diría que el negocio que David lleva desde hace ya varios años está en el límite de la legalidad. Es un experto en sexo tántrico.
A sus clientes les dedica de tres a cuatro horas y sus sesiones suelen acabar en coito para acabar de liberar la ‘energía bloqueada’ de las mujeres. Aconseja, además, que este coito sea sin preservativo para mantener al máximo la pureza del tantra.
Mientras no cabe duda de que las mujeres tienen sexo consentido con él, la realidad es que en EU es ilegal intercambiar dinero a cambio de sexo. Y para asegurarse que no recibirá denuncias, él hace firmar documentos a sus clientas donde deben afirmar que no son policías y la primera sesión es gratuita, para que así no se le pueda acusar de prostitución, según informa Vice.
Cuando estaba en sus veintes, Joyner se volvió licenciado en Ingeniería Electrónica por el Technical Institute de Indiana y estuvo seis años trabajando de analista de software para una empresa de Texas. Pero en 1990 su vida dio su primer vuelco cuando decidió presentarse a las audiciones de Barney y sus amigos.
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(Con información de Milenio y lavanguardia.com)