La Guardia Civil de España ha cerrado este viernes las distintas especulaciones que han girado en torno a la muerte de un hombre y sus dos hijos, quienes este martes se ahogaron en la piscina de un resort de Mijas, Málaga, y aseguran que se trató de «un trágico accidente ocasionado por la falta de pericia de las víctimas al nadar».
El grave suceso cobró la vida de tres miembros de la familia inglesa Diye de raíces africanas y profundas convicciones religiosas a cuyo frente estaba Gabriel, un pastor evangelista que había venido con los suyos a pasar la Navidad en la Costa del Sol.
Esta línea de investigación ha sido la que desde un principio han barajado con más fuerza los responsables del caso, sobre todo porque distintos testimonios recabados por Emergencia 112 instantes después del desgraciado suceso ya señalaban el escaso nivel de natación de los fallecidos. Una circunstancia que confirmó la hija y hermana de las víctimas cuando prestó declaración este jueves 26.
El Instituto Armado también ha confirmado que desde prácticamente el principio de la investigación se descartó la influencia en las muertes del sistema de depuración de la pileta. No obstante, como explicaron a este periódico fuentes cercanas al caso, «aunque nada indicaba que hubiese fallos, había que descartarlo con rotundidad».
«Agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) realizaron varias pruebas en el sistema de depuración y reciclaje del agua de la piscina, que incluía motores, y válvulas, además de una inmersión de para recoger posibles vestigios de los hechos, no hallando ninguna irregularidad en las citadas inspecciones y recuperando un gorro de baño propiedad de la menor de las víctimas, el cual se encontraba en el vaso de la piscina», ha precisado la Guardia Civil.
No fue un accidente
Sin embargo, Olubunmi Diya, que perdió a sus dos hijos y marido en el trágico suceso, se ha dirigido a los medios con un comunicado que va en contra de las conclusiones de la Guardia Civil e insiste en que no pudieron salir de la piscina por una falla.
Creo que algo estaba mal en la piscina que debió de haberles dificultado nadar en aquel momento», cita Sky News sus palabras.
Con el comunicado Diya quiso aclarar la «información inexacta» difundida por los medios y subrayó que sus familiares fallecidos sabían nadar, que su hija no se había caído al agua, los niños en ningún momento estaban desatendidos, y que los cinco miembros de la familia siempre seguían las instrucciones del uso de la piscina y estaban presentes cuando ocurrió la tragedia.
«Los niños se metieron en la piscina usando los escalones pero fueron arrastrados hacia el centro, donde estaba más profundo, y pidieron ayuda cuando no podían salir», señaló Diya.
Su marido, según explicó, también utilizó los escalones cuando trató de rescatar a sus hijos, mientras que ella corrió hacia los apartamentos cercanos en busca de ayuda.
Los representantes del complejo vacacional, por su parte, insisten en que la exhaustiva investigación policial ha confirmado que la piscina operaba con normalidad.
(Con información de El Mundo y RT Noticias)