Una lancha interceptora de nombre “Rigel” No. PI-1107, al mando de la Secretaría de Marina, presuntamente golpeó de manera accidental al barco de mediana altura «Cristo de Amor», cuando iban a realizarle una inspección en altamar, a dos millas náuticas de este puerto, y cuyo propietario afectado es el empresario pesquero Gaspar Noé Marín Couoh (a) “La Blanca”.
Su dueño dijo que el incidente pudo haber sido de fatales consecuencias, pues el choque se registró en el lado izquierdo de la proa, que causó una fisura; y de resultar unos centímetros más abajo, hubiese ocasionado su hundimiento.
“Lo extraño –dijo Marín Couoh- es que en las actas de inspección elaboradas por la detención de la embarcación y su producto en calidad de depositario, no mencionan los hechos, que pudo haberle costado la vida a la tripulación. No veo porque tratarnos de esa manera, si la unidad se detuvo tan pronto lo solicitaron los ocupantes de la lancha interceptora”.
A bordo del “Cristo de Amor”, con registro 31031426231, que permaneció semana y media en alta mar, se encontraban: Agustín Gómez Chuc, de 73 años, (a) “La Perra”, patrón del barco, así como Marcos Antonio Alcocer Padilla, de 23 años; Luis Felipe Garrido Couoh, de 57; y los hermanos Sergio Jesús y Jesús Agustín Padilla Cruz, de 25 y 26 años, respectivamente.
“No sabíamos qué hacer, la verdad me impresionó mucho, pues a mi edad siempre he sido pescador, y no había tenido ningún incidente como éste”, comentó don Agustín Gómez, el patrón de la nave.
Dos de los ocupantes relataron también que los marinos dijeron en voz alta que se detuvieran y llegaron cerca de ellos, señalándoles: “Ya los estábamos esperando, pues son sospechosos de traer algo ilícito”.
Uno de los pescadores dijo que “cuando la interceptora llegó cerca de nosotros, comenzó a virar en círculo, y fue en ese momento cuando el que la guiaba se acercó demasiado y se produjo el golpe seco que meció con fuerza el barco, sufriendo daños éste y también en la lancha de los marinos”.
El barco citado que se mantiene en requisa traía a bordo mil 800 kilos de canané congelado, mismo que fue descargado anoche por personal del mismo comerciante pesquero, ya que en la Acta de Inspección DGIV-Yuc-300819194/01, y en la orden de inspección No. DGIV/Yuc-0108/2019, aparece como depositario.
En esos mismos documentos la Semar hizo constar que el barco navega con permiso vencido de pesca, ya que el presentado, tiene vigencia del 8 de agosto de 2017, al 8 de agosto de 2019.
Sobre el particular, el dueño del barco mostró la solicitud de pesca comercial (renovación del permiso) para la captura de especies de escama marina en el litoral del Golfo de México y Mar Caribe, que se envió a Conapesca, con sede en Mazatlán, Sinaloa, desde el 7 de mayo pasado (tres meses antes) tal como lo establece la Ley de pesca, pero sin embargo hasta ahora no han recibido el nuevo permiso.
“El barco no puede ser multado, porque su tripulación no tenga el permiso de captura, pues la concesión la tenemos por normativa, y si no lo llevan a bordo, es porque, sencillamente, por trámites burocráticos de Conapesca, no los ha entregado”, insistió “La Blanca”.
“La gente del puerto, no pueden esperar trámites burocráticos, tienen hambre; y nosotros tampoco, porque si paramos, nuestra bodega se queda sin actividad, y en consecuencia sin dinero, lo que en verdad sería una catástrofe”, aseveró Marín Couoh.
“De antemano sé que se trató de un accidente, pero un accidente que va a costarme mucho dinero, pues para repararla se requiere desmantelar algunas partes, tomando en cuenta, que el barco estará varado por algunos meses”, finalizó.