Rollo: Jorge Moreno
Hace varios años escuché una historia de una mujer de Conkal que falleció tres días antes de su boda, y su familia decidió que la enterraran con el vestido que iba a poner ese día, así como con el “ajuar”, y aunque no hay un dato exacto que corrobore este episodio, sí existe un suceso parecido pero que desencadenó en una situación de terror:

El caso que mencionamos ocurrió en Chicago, Illinois, en el año de 1921; Julia Buccola era una joven proveniente de una buena familia de origen italiano, ella desde siempre quiso ser madre y cuando quedó encinta vivió con mucha ilusión los nueve meses de embarazo, siempre deseando que pasaran rápido para así poder tener a su ansiado hijo.

Pero el día más feliz de Julia (de 29 años de edad) se tornó de gris, pues falleció durante la labor de parto, ya que padecía del corazón y éste no soportó el esfuerzo. Fue tal el “shock” emocional de su familia que a ella la enterraron vestida de novia y con su bebé junto a ella.

Tras los acontecimientos, la madre de la joven Julia empezó a tener sueños extraños donde veía a su hija suplicándole que la desenterrara, causando una terrible angustia. Después de soñar tantas veces con su hija y siempre con el mismo mensaje, empezó a pensar que probablemente la habían enterrado viva, llegando a obsesionarla por completo ese aterrador pensamiento hasta que decidió que quería ver si su hija estaba muerta o viva dentro del ataúd.

Tras muchos tramites a contra reloj, Filomena consiguió la aprobación de la exhumación del cadáver de su hija. En 1927, el ataúd de Julia Buccola fue abierto, estando los restos de la joven intactos, es decir, la imagen del cadáver era exactamente la misma de la joven el día del entierro, tan solo sus ropas enseñaban el paso del tiempo.

El cadáver no presentaba ningún signo de descomposición a pesar de haber muerto seis años atrás. La familia desconcertada tomó una foto de la joven antes de volver a cerrar la tapa del féretro, y en memoria a la dulce joven que yacía intacta en esa tumba, se hizo una estatua de ella con su vestido de novia y su ramo de flores.

Al día de hoy miles de testimonios aseguran que al pasar cerca de la tumba de Julia se puede apreciar un olor intenso a rosas y el llanto desconsolado de un bebé. Y más aún, empleados del panteón aseguran que la han visto deambular como alma en pena por esos sitios.

De hecho, hace unos 20 años los famosos investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren estuvieron en ese sitio, ya que descendientes de “la novia cadáver” (como le dicen a este caso), los llamaron con el fin de que ayudaran a la mujer a cruzar el umbral y descansar en paz.

Según cuentan, tras cuatro días de invocaciones, lograron contactarse con el espíritu de Julia Buccola, pero ésta se rehusó a irse, motivo por el cual hasta la fecha la siguen viendo de vez en cuando en el panteón de la Ciudad de los Vientos.