Rollo: Celia V. Franco C.
Después de una autentica merienda de negros, por fin el PRI ya tiene presidente y secretaria general. Los números pusieron como fórmula ganadora a Francisco Torres Rivas y a Lila Frías Castillo, a pesar de todas las irregularidades que se vivieron durante su jornada electoral interna.

Nada raro para quienes hemos puesto un poco de atención a lo largo de los años. El PRI suele utilizar ciertos “trucos” a su favor, pero esta vez todas esas mañanas salieron a relucir en su proceso interno donde dos de sus “figuras” buscaban el mismo puesto.

Quienes saben de esos menesteres políticos dicen que el perdedor era muy allegado al ex gobernador y su gente cercana, mientras que el ganador es identificado con el grupo de quien fuera gobernadora que fue perseguida, al igual que su gente que fue dejada de lado por quien ocupó su silla.

Lo cierto es que el domingo, durante la contienda pasaron cosas dignas de una película chusca: muertos que votaron, militantes que no se encontraban en el patrón y no cualquier hijo de vecino; por ejemplo, Felipe Cervera Hernández, coordinador de la bancada tricolor en el Congreso local, no más no apareció. ¿Le habrán querido decir algo?

Y por si fuera poco a la hora del conteo final muchas de las actas que debían de ir pegadas fuera de la casilla, no estaban, por lo que tuvieron que abrirlas y volver a hacer el conteo. Ya sabe… lo de siempre pero en casa.

Ahora comenzará (de nueva cuenta) una era en el PRI que buscará acercarse a sus militantes y ser una oposición real para el gobierno… seguro eso dirá el nuevo presidente, pero en realidad ese discurso ya está muy gastado.

Si de verdad quieren darle vida de nuevo al Partido Revolucionario Institucional entonces tendrán que romper esquemas, empezando por la secretaria general. Por años, la figura de la mujer que debería de ser la segunda al mando, es solamente el de un objeto decorativo.

Esperemos que Lila rompa esa inercia y demuestre que las mujeres priístas tienen músculo, para nadie es un secreto que son las jefas de manzana quienes a la hora de rajarse la espalda son las primeras en llegar y las últimas en irse.

Ojalá Francisco la deje tomar el lugar que le pertenece y no se sienta intimidado por el valor de una mujer inteligente con ganas de chambear, como ha pasado hasta ahora, ojalá ella se amarre el justán y no acepte quedarse rezagada en una esquina.

Ojalá entiendan que ya es momento de sanar las heridas que le hicieron durante los anteriores casi siete años a ese partido político y que para eso se necesitará mucho más que un discurso a modo, su militancia está herida y demasiado.

Por el beneficio de la democracia del estado, esperemos que el PRI pueda resurgir y volver a ser una opción de nuevo, pues mientras más amplio sea catálogo para elegir, mejor para los ciudadanos.