Rollo: Freddy Heredia
La semana que está por terminar será de mucha actividad política en Yucatán, ya que, como anunció en días pasados el gobernador Mauricio Vila Dosal, el viernes estará de nuevo en el estado el presidente Andrés Manuel López Obrador, ahora para clausurar la Cumbre Binacional de la Cámara de Comercio de Estados Unidos con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Ha trascendido que el jefe del Ejecutivo federal también visitará un municipio yucateco, aunque todavía no se ha definido cuál.
El mandatario realizará su segunda visita a Yucatán en lo que va de su administración, toda vez que en diciembre pasado vino por primera vez como presidente.
La Cumbre tiene como objetivo generar propuestas de comercialización, inversión y empleo para ambos países. Estarán los principales socios de la Cámara estadounidense y prominentes hombres de negocios del vecino país del norte con sus pares mexicanos.
Como avanzada de López Obrador al encuentro binacional estará el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, quien será el encargado de inaugurar la reunión.
El propósito principal es fortalecer los lazos comerciales y fomentar la competitividad entre ambas regiones y ocurre en el marco de la anunciada disposición del presidente estadounidense, Donald Trump, de cerrar la frontera de su país con México.
El gobernador Mauricio Vila ha demostrado que puede trabajar en coordinación con el Gobierno federal, a diferencia del alcalde de Mérida, Renán Barrera, quien cuestionó a la administración federal.
A lo mejor al Alcalde le preocupa que los sondeos y estudios de opinión arrojaron que los personajes políticos mejor evaluados en Yucatán son el presidente López Obrador y el gobernador Vila, mientras que los niveles de aceptación de Barrera Concha bajaron mucho.
Llega el presidente López Obrador a Yucatán en el momento en que el PRI pasa por una de sus peores crisis de credibilidad y falta de cohesión interna. En su pasada elección de dirigente estatal, entre los tricolores salió a relucir el ADN de sus usos y costumbres, como la manipulación de las listas, la votación de algunos difuntos, la operación carrusel, la omisión de militantes en el padrón, etc.
La elección del CDE del PRI fue una medición de fuerzas de dos de sus candidatos a la dirigencia nacional, por un lado la ex gobernadora Ivonne Ortega, quien apoyó a Francisco Torres, y por otro, el gobernador de Campeche, Alejandro Moreno, quien respaldó al alcalde de Sucilá, Diego Lugo.
Además salió a relucir que hay políticos tricolores, que en la última década se consolidaron en las administraciones de Ivonne Ortega y Rolando Zapata, que tienen animadversión a una de las pocas figuras del PRI: el senador Jorge Carlos Ramírez Marín.