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Enigmas: almas en pena rondan “granja de cadáveres”

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Enigmas: almas en pena rondan “granja de cadáveres”
Este sitio puede ser espeluznante sobre todo por las noches; afirman que fantasmas rondan el lugar.

Rollo: Jorge Moreno
Hace unos días visitó el Museo Paranormal de Yucatán una pareja de turistas norteamericanos, oriundos de Tennesse, que luego del recorrido me comentó que en su tierra natal había un sitio “muy interesante”, conocido como “la granja de cadáveres”. Los visitantes me explicaron que en ese sitio se arrojaban cuerpos para que la Policía analizara su descomposición y la información recopilada sirviera en casos forenses y, por consiguiente, ocurrían fenómenos paranormales allí.

Este sitio en realidad es el Complejo de Antropología Forense de la Universidad de Tennessee, conocido popularmente como «La granja de cadáveres», y fue fundado en los años setentas por William Bass, un antropólogo forense dedicado a la docencia y a colaborar con la Policía y el FBI.

Su nombre es literal: es una granja y está llena de cadáveres. Al cabo del año, decenas de finados son transportados a este lugar. Los cuerpos de, básicamente, personas fallecidas sin identificar, o sin que un familiar los reclame, son expuestos al aire libre y se someten a todo tipo de condiciones: son semienterrados, metidos en agua, embalsamados, encerrados en el maletero de un coche (algo que sólo aquí y en las películas se puede ver sin acabar en la cárcel), mutilados, expuestos al sol, a la sombra, metidos dentro de un ataúd, ahorcados e incluso quemados.

Como se puede suponer, la imagen de putrefacción (con insectos necrófagos incluidos) no es muy agradable, pero esto forma parte de la vida y debe ser objeto de estudio, tal y como lo explica su fundador.

A los efectos de reproducir una amplia gama de circunstancias, los científicos de la Universidad de Tennessee disponen los cadáveres en diversos lugares, en variadas posturas. Hay cadáveres sentados en sillas, apoyados contra un árbol, con los pies a remojo en un arroyo; y la granja dispone de diversa vegetación, reproduce diversos ambientes vegetales: muertos sentados alrededor de una mesa de jardín, apoyados en una cabaña; junto a una vereda de fresnos, es la decoración de un mundo natural, real, lleno de cuerpos de sin vida, como si el tiempo se hubiera suspendido.

Y de acuerdo con la pareja que vino a visitarnos en el Museo, tiene a un conocido que laboró por diez años en ese granja y él comentaba que los fenómenos paranormales estaba a la orden del día, pues con mucha frecuencia escuchaban voces, llantos o murmullos; entonces, de inmediato iban los guardias a revisar si se había colado alguien y nada, hasta que poco a poco se fueron acostumbrando.

Sin embargo, un caso que en verdad los aterró y salió a la luz, fue el de un cadáver que llevaron y pusieron a escasos centímetros de un riachuelo; al día siguiente encontraron el cuerpo a pocos más de cinco metros de distancia, lo cual era imposible. Checaron para ver si el cuerpo no tenía huellas o si había pisadas, y la escena estaba limpia.

Con cuidado pusieron de nuevo el cadáver en su sitio original y al día siguiente de nuevo ocurrió lo mismo; así pasó por una semana hasta que descubrieron que el cadáver estaba identificado, investigaron y resulta que en vida esa persona le tenía pavor al agua…

Tiene un fin práctico, pero no deja de ser impactante tan sólo de imaginarlo, y curiosamente lo primero que se ve en su página de internet es la frase: “no se organizan visitas guiadas”, y es que no cabe duda que a pesar de lo aterrador del caso, si se permitieran, estaría lleno de visitas a diario, de eso estamos seguros.