Marissa Tietsort, de 28 años de edad, fue contratada para cuidar a una bebé en Wisconsin, Estados Unidos, pero la mató a golpes.
Al devolver a la nena con sus padres, dijo que estaba muy dormida, la sentó en un asiento especial para auto y ahí la dejó. No fue sino hasta minutos más tarde cuando la mamá descubrió que su hijita estaba muerta, y ahora la niñera está encarcelada.
«No soy un monstruo. Soy una gran madre», declaró esa mujer ante una corte federal, según reportó Excélsior.
Esta mujer se quedó a cargo de la bebita como niñera. Posteriormente, la regresó con sus papás, dijo que estaba muy dormida y la sentó en el asiento para bebés en el auto de la mamá tapándole la cara con un sombrero. No fue sino hasta que la madre se detuvo en una lavandería cuando notó que las piernas de la bebé estaban rígidas y cuando quiso sacarla notó que estaba muerta.
Marissa Tietsort es madre de cinco hijos, actualmente está embarazada y tiene historial de abusos contra menores de edad, pues ya enfrentaba un cargo criminal por agresiones tras cuidar a un pequeño de once meses, y anteriormente operaba una guardería clandestina donde dos niños habían sido llevados al hospital con hemorragias cerebrales.