En Tijuana las autoridades de salud clausuraron la bodega habilitada como albergue, debido a los problemas sanitarios a los que se enfrentaban, porque en el lugar no hay ni luz ni agua.

Sin embargo, los cerca de 160 migrantes que aún permanecen allá insisten en que no saldrán porque el albergue «se lo han ganado a pulso».

Según publica Excélsior, la bodega fue clausura por la Secretaría de Salud de Baja California porque pone en riesgo la salud de quienes se encontraban en las instalaciones, debido a la falta de luz y agua.

Este edificio había sido prestado al Gobierno Federal para albergar a migrantes centroamericanos que se encontraban pernoctando en plena vía pública de Tijuana, pero hay unos 160 de ellos que no quieren salir de la bodega habilitada como albergue, porque el espacio “se lo han ganado a pulso”, y piden estar en el sitio como mínimo hasta el 24 de enero.

En el lugar se encuentran elementos de la policía para desalojar este sitio en caso de ser necesaria la fuerza pública.